10 maneras en las que Michael Jordan puede ayudarte en tu vida cotidiana. Toma 2

Artículo de Pedro Fernaud. La confianza, el poder catalizador del fracaso como puente hacia futuros éxitos y la importancia de saber leer los partidos y las situaciones de juego. También el desafío vital de encontrar nuestra pasión y nuestra manera personal e intransferible de desarrollarla. Estos son los ejes que conforman el segundo capítulo (el primero lo puedes consultar aquí) del decálogo que el Rey del Baloncesto de todas las épocas nos propone para ayudarte a crecer en diferentes ámbitos de la vida cotidiana
6_Michael_Jordan

 La confianza, ese motor invisible con el que Jordan hacía fácil lo difícil

6-La fe, ese intangible.

Llámalo confianza en las propias posibilidades. La religión de las personas debería ser la de creer en sí mismas. La frase pertenece a Jiddu Krishnamurti; escritor y orador hindú. Jordan ponía en práctica ese aserto día a día. Jugaba con esa sensación interna de que todo era posible (y la alimentaba con trabajo, atención y decisión). Su lenguaje corporal emitía una curiosa mezcla de confianza, chulería y actitud obrera. Y, claro, al final las cosas salían.

 

7-Microgalaxias de fracasos.

Jordan opinaba esto sobre el fracaso. “He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera y he perdido casi 300 partidos. 26 veces han confiado en mí para tirar la canasta decisiva y la he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y ese es el motivo de que haya acabado teniendo éxito”.

Detrás de tanta fluidez en el acierto hubo bastantes fracasos (en este vídeo podéis conocer unos cuantos de ellos). Muchas decepciones, canastas erradas. Defensas equivocadas o lecturas de juego incorrectas. Pero por encima de todo ello emergía la voluntad de seguir creciendo como equipo y como jugador.

Es lo que el autor de Cómo orquestar una comedia, John Vorhaus, define como la regla del 10/1. De cada 10 chistes, dice él, que compongas sólo uno de ellos será realmente bueno. Para encontrarlo, claro, hay que construir esos 10 chistes; no todo el mundo se toma en serio ese trabajo. Saber que habrá fases de tu vida en la que sólo encontrarás un acierto por cada 10 intentos en aquello que pretendes será duro; pero sabes que si lo peleas lo acabarás encontrando. Y también lo sabes (porque lo hemos visto en la vida de Jordan, porque lo hemos comprobado de primera mano en la mayoría de las vidas de la gente que nos importa y en la nuestra propia) que habrá fases en las que se elevará ese rango de aciertos.

Jordan encontró el éxito personal y, sobre todo, de equipo a fuerza de trabajo y de probar con diferentes entrenadores que le ayudaron a afinar su puntería y, más importante, a desarrollar y afinar su liderazgo como potenciador de las habilidades de sus compañeros. Sirva como ejemplo de ello los tiros ganadores de Paxon y Kerr, que se tradujeron en la definición de dos de los seis anillos que los Bulls conquistaron bajo su reinado.

 

 Jordan elevaba exponencialmente su rendimiento en las situaciones más exigentes de los campeonatos y los partidos. La cumbre de esa habilidad fue la última canasta que anotó con los Bulls en aquella final del 98 frente a los Jazz, que a la postre significó su sexto anillo y el de los Bulls.

A ver si Pau, Rose y compañía retoman la cuenta esta primavera :-).

8-Leer los partidos, las emociones de la gente, las situaciones de juego, los picos de trabajo y las necesidades de los clientes, los momentos importantes de una relación personal y las situaciones claves de una temporada.

Cada momento del partido, cada situación que vives, requiere de una dosis diferente de atención, energía y decisión. Jordan lo sabía perfectamente. Conocía los ‘itinerarios del éxito’ y multiplicaba exponencialmente sus prestaciones (en tangibles e intangibles) cuando llegaban los play-off y, más importante aún, los partidos de las finales. Como emblema de esa cualidad quedará para siempre su canasta ganadora ante los Jazz en el sexto anillo que conquistó con los Bulls:

 

 

Jordan le ponía pasión a cada reto que acometía, como los concursos de mates, que ganó en 1987 y 1988
 
Encuentra tu pasión: aquello que te gusta de verdad. Mucho mejor si te da bien o especialmente bien
(a veces las personas somos perezosas hasta para ser felices).
Encuentra esa pasión pues. Y céntrate en ella. Desarrolla todo tu potencial a través de ella. Encontrarás muchas satisfacciones. También en el terreno personal. Con habilidades que te ayudarán a llevar con más entereza y posibilidades tu vida cotidiana. Encuéntralo, amig@; aquello que te hace vibrar por dentro (como profesión, como afición o como proyecto vital) y céntrate en desarrollar tus habilidades. Centra tus energías y cualidades a través de ello. El resultado puede ser muy gratificante.

Si te entregas a ello, tu vida entrará en una fase de leve urgencia (un triángulo entre tus cualidades, el motivo de tu desafío y la manera en la que lo alcanzas) y acabarás fluyendo mejor con ella; disfrutándola mejor y compartiéndola con más sabor con la gente que te importa.

Cuando uno se siente realizado, tiene más recursos para ser feliz y hacer feliz a la gente que le rodea. Jordan lo consiguió (6 anillos, 2 oros olímpicos, 6 MVPs de las finales y cinco de la liga regular así lo atestiguan). Y, lo más importante de todo, elevó el interés por el baloncesto a cotas desconocidas entre todos. Haciéndolo más entretenido, divertido y sorprendente (amazing era la coletilla favorita de los narradores que relataban sus hazañas). Convirtiéndose así en motivo de inspiración en ámbitos de otros deportes o incluso la faceta empresarial.

Tanto es así que todavía sigue siendo la inspiración principal de los jugones que dominan el basket a los dos lados del Atlántico: como Lebron, o Sergio Rodríguez). Claro que el que se lleva la palma en elegancia para agradecer ese mimetismo es Kobe Bryant, que como sabéis superó hace unas semanas a Jordan como tercer máximo anotador de la historia de la NBA.

Encuentra tu manera de jugar al baloncesto, de vivirlo…
Y haz lo propio con tu vida, será la mejor manera de sacarle el jugo.

10-Encuentra tu manera: vívela, desarróllala y disfrútala. ¿Influencias? Todos las tenemos. Y es sabio que conozcas lo mejor de los que te precedieron y te inspires en ellos. Jordan conocía y respetaba los clásicos (en su despedida mencionó por ejemplo a Jabbar y el Doctor J).

Pero, al final, habrá un punto en el que debas vivir, trabajar y disfrutar con aquello (el qué) y la manera (el cómo) que te resulte más propia. Ahí, en tu singularidad, descansa el camino para tener una vida con más libertad y sabor. El camino para tener una vida más plena. Jordan lo consiguió en el deporte. ¿Seremos capaces nosotros?

Nos despedimos con otra recopilación de jugadas de Jordan; nuevos poemas para preservar la magia del mito :-):