Algunas bitácoras están impregnadas de sutileza, capacidad de síntesis y palabras que contienen muchas horas de vuelo. Bitácoras singulares como las que está trazando Carlos Sánchez Blas para Fiebre Baloncesto. El narrador de baloncesto de Onda Madrid estuvo la semana pasada en Málaga y compuso un retrato entregado de la ciudad (su calidad de vida, su gastronomía, su encanto en general). Al tiempo, CS Blas deja pinceladas de su ecuanimidad (para valorar la trayectoria de Aíto, bosquejando sus luces y sombras) y su vínculo eterno con el baloncesto (dejando de por medio una valiosa valoración de Garbajosa y valorando con franqueza el ambiente que se respira en el Martín Carpena). Si estás pensando en mudarte a un lugar donde la calidad de vida sea la normalidad y el baloncesto el rey del mambo, no te pierdas estas líneas.

La liga ACB tiene latidos de igualdad, la liga pues presume de buena salud. La décima jornada nos dejó dos sorpresas importantes. Una, sobresaliente, por el qué y por el cómo. El Cajasol barrió de la pista al Caja Laboral (91-71). Lo hizo con una primera mitad para enmarcar: 51-33. La clave estuvo en la defensa del encuentro estuvo en la defensa foribunda de los sevillanos y el poderío en la pintura de Katelynas y Juanjo Triguero. Por su parte, el Barça no pudo sobreponerse a las bajas de Navarro y Mickeal y claudicó in extremis ante un pujante Asefa Estudiantes (63-62), pilotado por la productividad de Nick Caner-Medley, que además de sumar 12 puntos y rebañar 9 rebotes tuvo la sangre fría para provocar una (discutible) falta de Víctor Sada, anotar el primer tiro libre (que daba la victoria al Asefa) y fallar el segundo para que al cronómetro le entrara una hemorragia de segundos que hiciera inviable la respuesta blaugrana. En las siguientes líneas, te contamos el resto de lo más relevante de la J 10.

La necesidad de trazar mitos es consustancial a todas las civilizaciones. ¿Pero qué ocurre si la leyenda está edificada con materiales de realidad? Óscar Cortina responde a la pregunta con el trazo que hace de Wilt Chamberlain, el pívot con más recursos ofensivos que ha jugado nunca en la NBA. El señor Chamberlain no era ningún prodigio defensivo y tampoco hacía muchos esfuerzos para ponerse de acuerdo con sus compañeros. Aspectos ambos en los que mejoró con el paso del tiempo. Pero donde siempre reinó este prodigio de Philadelphia fue cerca del aro. A la hora de anotar, no encontraba parangón. Un tipo que en su primer año en la NBA es escogido rookie del curso y MVP de la temporada, que en una temporada fue capaz de promediar 50’4 puntos por encuentro y durante toda su carrera profesional estuvo por encima de las 13 capturas por partido, sólo merece admiración. A esos rasgos, añadió mayor templanza, gracias a la cual contribuyó activamente a que los Phildelphia 76ers consiguiera el título de la NBA en 1967 y los Angeles Lakers hicieran lo propio en 1972. Chamberlain fue hombre hedonista, bravucón y apasionado, distinguido con múltiples habilidades, que desarrollaba dentro y fuera de las canchas, como nos relata Cortina con destreza singular.

Cuesta un poco imaginarse la personalidad de un hombre que en su momento fue dios en el baloncesto europeo; hablamos de los años 60 y 70, periodo durante el cual Pedro Ferrándiz entrenó al Real Madrid, equipo al que guió a la consecución de 4 Copas de Europa. ¿Será arrogante? ¿Templado? ¿Divertido? ¿Estirado? ¿Muy sentencioso? ¿Brillante? La intriga dura un poco más de lo previsto. Llegamos a la Fundación a la que da su nombre y nos recibe Marcos Beltrá, Director de Comunicación de este centro con vocación totalizadora, donde es posible documentarse exhaustivamente sobre basket (en una biblioteca que contiene 10.000 volúmenes sobre este deporte), visitar el Hall of Fame del baloncesto FIBA o asistir a los clinics que regular y gratuitamente organiza la Fundación para profundizar en el análisis de diferentes aspectos del juego. Aquí os dejamos el primer capítulo de la charla que mantuvimos con el legendario técnico.

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Fiebrecomic 1+1: Tira número 2

5.diciembre.2010

El pensamiento budista contiene algunos preceptos paradójicos para nuestra occidental forma de pensar. Uno de ellos afirma que debe estar íntimamente agradecido a tus enemigos porque ellos te ayudan a desarrollar tu paciencia y tu compasión, elementos clave de la fortaleza interior de una persona. Aplicando este axioma a la NBA, Lebron James debe estar muy agradecido a su antigua afición de Cleveland, que esta madrugada le dedicó una buena colección de insultos, como traidor y reina, aliñados con toda clase de crueldades (muñequitos del astro en los que poder orinarse, pancartas con lemas como ‘Lebron me besó el culo’…). Toda esa carga de negatividad fue asumida con entereza por el prodigio de Ohio para completar uno de los mejores partidos de la temporada (38 puntos, 8 asistencias y 5 rebotes). En este artículo indagamos también en el mapa de poder que configura actualmente la cúspide de la NBA.

Algunas trayectorias contienen varios mundos dentro de sí mismas. Es el caso de Pedro Ferrándiz (Alicante, 1928), el entrenador del Real Madrid durante la década de los 60 y 70. El palmarés de este técnico habla por sí solo: 12 Ligas españolas, 11 Copas de España y 4 Copas de Europa. Ferrándiz lo fue todo en los banquillos. Era una mezcla de Red Auerbach y Ettore Messina, una personalidad expansiva y brillante que convertía los partidos en partidas de ajedrez y el reclutamiento de jugadores en una tarea artesanal, donde se entremezclaban sus conocimientos del juego, las dotes persuasivas en el trato personal y cantidades industriales de intuición ganadora. Este miércoles Fiebre se acerca a la Fundación Pedro Ferrándiz. Un auténtico privilegio que queremos compartir contigo desde ya.