1 enero, 2012
by fiebrebaloncesto
Tres partidos han bastado para que Ricky Rubio encienda el entusiasmo de los aficionados de los Minesota Timberwolves. A sus 21 años, el fenómeno del Masnou está justificando la expectación que había despertado al otro lado del Atlántico. A este lado del charco, ha pasado de ser venerado como una estrella del rock a ser objeto de chanza o repudio. Por suerte, la cabeza de Mr Rubio está edificada desde hace tiempo en una estepa llamada equilibrio.