10 maneras en las que Michael Jordan puede ayudarte en tu vida cotidiana (toma 1)

Artículo de Pedro Fernaud. Michael Jordan fue una máquina expendedora de excelencia y títulos durante su inolvidable carrera como rey del baloncesto, que se desarrolló a lo largo de tres décadas (la última, la primera de este siglo). Entre sus logros, figuran 6 anillos (títulos) de la NBA, 6 MVPs de las finales y cinco de la liga regular, además de dos oros olímpicos y 14 presencias en los All Star.

Lo interesante de su historia, sin embargo, es el itinerario de trabajo, superación, diversión, aprendizajes (individuales y colectivos) y aprovechamiento de su talento. Una historia que nos puede inspirar en nuestra vida cotidiana, porque todos llevamos un pequeño Michael Jordan dentro, esperando que le dejemos salir un rato a la cancha de la vida :-).

(Autor del retrato Michael Pattison) Jordan se dejaba cada gota de inspiración y de sudor disponible en cada partido; ese intensidad, esas ganas de pasarlo bien, son marca de su manera de crear excelencia en lo cotidiano

  1. Pásatelo bien, disfruta. Cuantas veces se nos olvida este principio de eficacia (bendita paradoja) en la vida diaria. Si lo haces divertido, si le encuentras la gracia a lo que haces, entrarás en mayor armonía y acuerdo con ello, y te saldrá mejor. La presión para Jordan era un estímulo, no una barrera. Si le presionaban más jugadores, empezaba a bailar con el balón y encontraba una salida y, contento con ella, componía una nueva maravilla en el aire o el tiro.
  1. A mayor variedad de registros, más posibilidades de pasártelo bien. Conectado con lo anterior, si eres capaz de disfrutar con mayor número de cosas y en diversos ámbitos (compartir momentos con la gente que te importa, la comida, el sexo, la lectura, el deporte, fregar los platos…), tendrás más posibilidades de pasártelo bien.

¿Cómo se consigue eso? Con confianza y permanencia, también imaginación, y viviendo la vida como un reto. Jordan era un excelente defensor porque amaba tanto el juego que lo leía con anticipación, de tanto que lo imaginaba y estudiaba. Está bien, de acuerdo, le acompañaban los recursos físicos (velocidad, flexibilidad y fuerza), pero también le ponía interés y ganas (así, robaba balones o ponía gorros inesperados a los pivots).

Es algo que debemos recordar nuestros chavales cuando les entrenamos: si defiendes bien vas a tener más opciones de canastas fáciles. Con esas canastas sencillas, incrementarás la satisfacción. Y eso te hará defender con más ganas a la siguiente (y seguramente subirán las dudas de tu adversario ante tanto entusiasmo…).

Es lo que se conoce como circuito virtuoso. Si te esfuerzas en lo más difícil, disfrutarás más con lo fácil (habrás adquirido nuevas destrezas que se sumarán de una manera invisible a las que ya tenías en tus ámbitos favoritos de actuación).

No diga Jordan, diga Hombre Orquesta

3-Aprende a vivir con eficacia en diferentes situaciones, aprende a jugar en todas las posiciones. Jordan botaba con más chispa y recursos que la mayoría de los bases. Tenía también la voracidad anotadora de los escoltas que ganan partidos, la valentía de defender a los aleros y la facilidad para desbordarlos en ataque; un juego en el poste bajo tan lleno de maticesel fade away la penetración tras reverso) que hacía pensar en un 4 en miniatura; también poseía la mala leche, velocidad y audacia necesaria para machacar en la cara de los mamuts (llámenlos pivots), a los que también gustaba de robar la cartera o tapar el cielo.

Jordan y los Bulls conquistaron su primer título ganando a los Lakers de Magic en la final. En la foto, el 23 de los Bulls demuestra su habilidad para machacar el aro aun cuando algún mamut (pivot) se le interponía en el camino.

Lo mismo vale para cada día de nuestras vidas: si aprendes a manejarte en diferentes trabajos (recepcionista, cajero, camarero, periodista, profesor, entrenador, cupletera… 🙂

Y en diferentes registros (pareja, madre, padre, herman@, hij@…), también de acción (el que escucha, el que toma la iniciativa, el que medita, el que mantiene la calma, el que estalla de rabia mientras quema suela corriendo…).

Vivirás con más plenitud y crecerán las opciones de que ganes los partidos y las situaciones difíciles de la vida, porque habrás encontrado diferentes soluciones y maneras de vivirla.

Que las dificultades que has tenido en tu vida sean el fuego que alimente tus mejoras personales. Filosofía de MJ.

4-Convierte las dificultades en oportunidades. Jordan fue relegado al equipo B de su instituto en su segundo año en el mismo (donde por cierto también jugó al béisbol y el fútbol americano).

Una enorme decepción que convirtió en fuego, combustible de primera para alimentar su afán de superación. Cuando por fin llegó a la NBA, al comienzo de su carrera, Jordan tenía unos porcentajes triplistas bastante lamentables (en la temporada 87-88 llegó a tener un porcentaje del 13,2% de acierto), algo que modificó y mejoró a fuerza de trabajo y de probar con diferentes entrenadores que le ayudaron a afinar su puntería (alcanzó su cenit como triplista en el curso 94-95, cuando fue capaz de embocar la mitad de los tiros que probó, completando un limpio 50% de acierto en la temporada regular).

Aquí puedes analizar con detalle los datos de su evolución como tirador. Algo parecido sucedió con la transición que líder de equipo ganador a perdedor…Lo que nos da pie a introducir el siguiente punto :-).

Quizá el aprendizaje más importante que afrontó Jordan en su carrera se relacionó con el desarrollo de un liderazgo cooperativo entre sus compañeros; aprendiendo a confiar más en ellos; potenciándolos y siendo potenciado por su juego. El baloncesto, como la vida, es un juego de equipo…

5-Refuerza y potencia a la gente que tienes cerca. Trabaja en equipo. Busca y rodéate de los mejores. Para que uno pueda expresar todo el talento que lleva dentro, necesita contar con una estructura que le permita crecer. Es decir, un grupo de personas con las que te sientas cómodo, apoyado o potenciado (inspirado) de alguna manera. Y sentir que ese sentimiento puede ser mutuo. Jordan lo encontró en Chicago. Los Bulls construyeron una franquicia que orbitaba alrededor de su ambición y talento, agregando piezas de valor (Horace Grant, Toni Kukoc, John Paxon, B.J. Amstrong, Will Perdue…) y, sobre todo, Scotie Pippen, el chico para todo, su escudero perfecto. Se cuenta que Jordan adoraba jugar a las cartas con sus compañeros en veladas de madrugada, que servían para atenuar la adrenalina que había generado en los partidos.

Es fácil imaginar cómo esa camaradería, esa hermandad de chuzos (por lo visto, en los ochenta eran bastante habituales las veladas de borracheras con los compañeros para quitarse la presión de encima) reforzó lazos. Hay otra visión menos amable del liderazgo cooperativo que el Señor del Aire era capaz de desplegar, pero como acabáis de leer (sí, échale un ojo al último enlace que precede a estas palabras) el 23 también era capaz de digerir las críticas y convertirlas en una hoja de ruta para conseguir un ecosistema de responsabilidades (y oportunidades de desarrollo) más equilibrado en su equipo.

Sea como fuere, si hablamos de la cancha, era incuestionable que sabía leer y celebrar las virtudes de sus compañeros. También tuvo la suerte de confluir con un gurú de los banquillos: Phil Jackson, que supo encontrar los códigos y la estructura de juego más adecuados para optimizar el talento de sus muchachos. Terminamos este primer capítulo de ‘Jordan como sherpa del disfrute y la excelencia en nuestra vida cotidiana’, con este entretenido documental con el que Canal Plus homenajeó en su momento al 23 de los Bulls: