A la tercera… ¿irá la vencida?

El Rey sin corona vuelve por tercera vez al mayor escenario del baloncesto mundial, tras caer primero con los Cavaliers en 2007 y el año pasado con los Heat. Esta vez aguardan en el último escalón los Thunder de Kevin Durant, máximo anotador de la liga y principal rival de James en la lucha por el trono del planeta basket. 

Ya hemos hablado con anterioridad de las condiciones físicas de Durant, más propias de la ciencia ficción que de la vida mundana. 2,06m de altura y envergadura de un 7 pies para un tirador letal, un arma ofensiva casi imposible de frenar en suma. Pero si existe un tipo en la NBA actual capaz de defender con unas mínimas garantías a Durántula, ese es El Elegido. 

Con 2,03m de altura, casi 10 kilos más de peso que el chaval de Oklahoma y una movilidad y velocidad similares, James ha demostrado ser capaz de defender a bases, escoltas, aleros y ala-pívots (ver el trabajo sobre Garnett en varios momentos de las finales de conferencia, por no hablar del realizado sobre Pierce…) durante su carrera, con grandes resultados. Aspecto importante será comprobar si el desgaste de tal tarea influirá en el rendimiento de James en fase ofensiva. Permitidme dudar acerca de este último punto tras seguir los playoffs de Miami desde el inicio: James está promediando 30.8 puntos, 9.6 rebotes, 5.1 asistencias y 1.9 robos de balón en 42.4 minutos en pista, y durante este periplo ha defendido en muchos momentos a Carmelo Anthony, Danny Granger y Paul Pierce, positivamente en todos los casos.

La gran duda reside en si la cabeza de The King acompañará a su físico y a su talento, si la presión por engarzarse el ansiado anillo bloqueará una vez más al jugador en los cuartos definitivos de las batallas contra los de Oklahoma. 

Como siempre, la pista y el balón naranja dará y quitará razones, y encumbrará o postrará a las grandes estrellas y a las imponentes escuadras. Es tiempo de finales, la guerra del anillo está a punto de comenzar…