Análisis debacle

blogs-iconoturkey10-icono

El Mundobasket ha echado el telón con un nuevo jerarca cuyo poder es tan longevo como la propia historia de este deporte: Estados Unidos. Entretanto, los españoles estamos llenos de desconsuelo por el pobre sexto puesto que ha cosechado el combinado nacional (máxime si comparamos su rendimiento con el del último lustro). Mala suerte, una gestión defectuosa en el banquillo y la posición del base, una preparación mal enfocada, un reparto poco lúcido de roles y la ausencia de Pau Gasol y JM Calderón, motivos para explicar ese rendimiento por debajo de las expectativas. En este artículo ordenamos estas explicaciones y las contextualizamos. Lo hacemos con seis argumentos. No es casualidad el número que hemos escogido. El seis es un número armónico, equilibrado, que según la numerología difunde armonía y justicia. Léete estos argumentos y dinos vía facebook si estás (o no) conforme con nuestras valoraciones.

***

Análisis debacle

Pedro Fernaud

14.septiembre.2010

 

100914_Ricky_Scariolo

Según una encuesta de marca.com, Scariolo y Ricky han sido los dos principales

responsables del fiasco español en el Mundobasket. Sin estar en desacuerdo

con esa percepción, pensamos que también han pesado otros factores que

te exponemos en esta reflexión. Fuente de foto: marca.com.

 

Dirección en el banquillo: Más sombras que luces. Sergio Scariolo y su cuerpo técnico no han sabido descifrar lo que más convenía al grupo en este campeonato. A su favor, hay que decir que el técnico italiano ha acertado dando minutos a un inspirado Garbajosa, que en algunos momentos ha recordado a su mejor versión. El entrenador de Brescia se apuntó un tanto también al persuadir a Fran Vázquez para que volviera a la selección; el pívot gallego ha hecho un campeonato notable. Asimismo, el seleccionador ha demostrado elegancia cuando han venido mal dadas y en ningún momento ha cargado en público contra los jugadores, resaltando su compromiso y profesionalidad.


En su debe, conviene apuntar su mala gestión de los momentos clave en los partidos contra EEUU (en la preparación), Lituania y Serbia, donde demostró carencia de reflejos y de una estrategia sólida para ofrecer una solución de garantías en esos trances, vitales para definir choques y evaluar la labor de un entrenador. Tampoco ha estado lúcido a la hora de asignar los roles a algunos jugadores. Por ejemplo, debería haber dado más minutos a Fran Vázquez, que ha llegado en un estado de forma colosal: intimidante en defensa y resolutivo en ataque. El caso del pívot de Chantada ejemplifica que en la distribución de esos roles han pesado más los éxitos pasados que la meritocracia del campeonato.


En ese sentido, Marc ha estado errático en los momentos calientes de la competición. Se ha ofuscado con demasiada frecuencia; un líder también debe saber mantener la serenidad cuando vienen mal dadas. Sea como fuere, aunque el mediano de los Gasol probablemente debiera haber jugado menos minutos, no es menos cierto que Fran y Marc podían haber hecho mucha pupa jugando juntos.


El argumento del seleccionador para no ponerlos en pista simultáneamente es que ambos eran incompatibles. Su teoría es que se solapaban entre sí en la pintura. Pero es un argumento poco convincente. ¿Se estorbaban entre sí Antonio Martín y Arvydas Sabonis cuando jugaban ahí dentro?


No. Es más, causaban muchos destrozos con su buen juego de espaldas. Scariolo seguramente también pensaba en la idea de los ‘cuatro modernos’ que salen a jugar fuera. Argumento también rebatible porque Fran ha demostrado agilidad y una buena lateralidad en sus movimientos para salir a defender fuera. Y porque a veces conviene ser protagonista a la hora de establecer la dinámica del partido. Tener tú la iniciativa del juego. Marcar la tendencia y condicionar la estrategia del rival. Es el sello de los equipos ganadores.

Con estos dos superclases juntos, las defensas contrarias habrían palidecido, sufriendo importantes destrozos en su zona, gracias a su brillantez cerca del aro. Eso por no hablar del poder intimidante que ambos habrían ejercido en defensa y una mejor gestión de la faceta reboteadora, uno de los flancos débiles de la selección en este campeonato.


También merece ponerse en solfa la falta de reflejos para no dar más carrete al buen momento de forma de San Emeterio (otra vez peso de la púrpura frente a meritocracia si pensamos en Mumbrú). En esa línea, Scariolo no estuvo lúcido para resguardar más a Ricky, superado por las circunstancias con demasiada frecuencia. La opción de dar más minutos a Llull hubiese sido más acertada. Asimismo, aunque Raúl ha vuelto a demostrar otra vez un enorme compromiso con el equipo y chispazos de su clase, los rivales han atacado a la mínima sus dificultades defensivas.


En esa línea, hubiese ayudado más a Ricky dar el rol de segundo base a Llull (que ha ido de menos a más en el campeonato), para luego concederle el primero conforme discurría la competición y haber robustecido el juego exterior con la presencia de Rafa Martínez. Y así podríamos continuar.


Ausencia de un tres de garantías. Rudy lo ha hecho espectacular como alero. Pero no deja de ser un 2 jugando fuera de sitio. En ese sentido, merece la pena lamentar el rol residual que por segundo año consecutivo se ha asignado a Claver. El joven alero valenciano es un tipo mucho más aprovechable en las rotaciones; por ejemplo hubiese sido una gran opción, por envergadura y talento atlético, para defender a tipos como Durant, Kleiza o Bjelica, por mencionar sólo a algunas de nuestras bestias negras en la posición de alero. Para el próximo año la selección demanda un tres alto, competitivo, buen reboteador y con tiro de larga distancia. Estamos pensando en Carlos Suárez, sí. Pero también en el capitán del Power Electronic Valencia…


Mala suerte con las lesiones y algún momento decisivo. A todos nos encanta esa máxima de que la suerte es la justificación de los perdedores. De acuerdo, nos gusta darnos a la épica y la integridad. Pero no es menos cierto que es mala pata que tu base titular, JM Calderón, se lesione en la misma antesala del comienzo del Mundial. Las siguientes malas suertes que queremos mencionar son mucho más discutibles: como por ejemplo el triple Teodosic. En realidad, se llama talento. Mirándolo con perspectiva, no se hizo una mala elección; la defensa española propició que el base rival se jugara un triple de (casi) nueve metros con un pésimo porcentaje triplista hasta ese momento en el choque (1 de 7). Pero, ah, amigos los designios de la gloria a veces son inescrutables. Que se lo pregunten si no al ‘Chapu’ Nocioni en relación al triple que el aro español escupió en aquella semifinal que podría haber truncado nuestra medalla de oro en Japón.


Sin Pau Gasol, España es un equipo de clase media. El argumento es tan sencillo de constatar como mirar nuestra clasificación en el anterior mundial: primeros, y compararlo con el de esta: sextos. Pau tiene 2 anillos. Es dominante, tiene carácter, contagia optimismo, posee un talento fuera de lo común (Obama piensa que es el mejor pívot de la NBA). Insufla instinto ganador a este equipo. Es su mejor alma. Su MVP perpetuo. Así las cosas, sólo queda cruzar los dedos para que esta temporada las lesiones le respeten. Y para que el argumento de que en el próximo europeo sólo se da plaza olímpica a los finalistas, le convenza para que vuelva a liderar este grupo.



Algunos jugadores bajos de energía y confianza. En la vida profesional de un deporte como este también hay lugar para momentos de colapso. Tienes tantas ganas de hacer las cosas bien que te bloqueas. Tensas el cuerpo, la mente se ofusca con las trampas del rival o la competición y todo se enmaraña. Algo de eso le ha pasado a Ricky Rubio (flojo en la dirección en estático y en la anotación), a Marc (poco resolutivo en los momentos clave del campeonato) o a Llull, a quien en más de un trance le ha podido el exceso de revoluciones para parecerse al tío que ha deslumbrado este año en el Madrid.


También forma parte de este club, Raúl López. Raúl maravilla por sus destellos, pero no tiene confianza ni en su arsenal anotador ni en su defensa. Es como si jugara para agradar al entrenador y hubiese perdido parte de la chispa que una vez le hizo un jugador especial. En esa línea, tampoco debe haber ayudado a Claver esa fijación que ha cogido Scariolo por tomarle como ‘chico de los recados’. La clase de este chico, su mejora competitiva en la ACB y el futuro papel que va a jugar en ese grupo demandaban más valentía de Scariolo para con el  jugador.


Una preparación mal enfocada. La Federación necesita hacer caja para financiarse. La Federación precisa ‘evangelizar’ diversas ciudades españoles con la capacidad de seducción de nuestro deporte. Con estos argumentos, la Federación ha programado una pila de amistosos en nuestro país como eje de la preparación de la selección. La apuesta salió bien en años procedentes, lo que no quitaba para que  por ejemplo Pepu se mosqueara con la cantidad de distracciones publicitarias que tenía que atender su grupo.


El caso es que de los nueve partidos de preparación que hizo España, ocho fueron en casa. El de fuera fue aquel emotivo choque contra la selección eslovena. No es la mejor forma de curtirse para un campeonato que se juega fuera, con árbitros con criterios distintos a los nacionales, y tendencias a veces adversas. Así las cosas, es justo y necesario que la selección juegue contra rivales de mayor enjundia (Serbia, Grecia, Turquía…) para la próxima y, sobre todo, que juege más partidos fuera para curtirse la piel en relación al adverso ambiente que, por ejemplo, le espera en 2011 en Lituania.