Cerca de la final

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El Barça domina con claridad al Unicaja en una serie en la que ha ganado con comodidad los dos asaltos disputados en el Palau Blaugrana: 96-82 y 71-58. Hasta ahora, las interesantes variantes tácticas defensivas planteadas por Aíto no han neutralizado el ‘arsenal destructor’ de los blaugrana, liderado por JC Navarro. Entretanto, Caja Laboral y Real Madrid están dirimiendo una serie terriblemente igualada, en la que se imponen los vitorianos gracias a su mayor ‘instinto asesino’ en los momentos clave, personificado por Splitter: 62-60 y 85-80, con prórroga incluida.

 

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Dos maneras de frisar la final de la ACB

Pedro Fernaud


El Regal Barcelona y el Caja Laboral gobiernan sus eliminatorias con nitidez si atendemos al marcador de triunfos. Pero la historia adquiere matices bien distintos si analizamos al guión con el que se están desarrollando ambas eliminatorias. Por parte blaugrana, Juan Carlos Navarro lidera la ofensiva de su equipo (20 puntos de media en los dos primeros encuentros de semifinales), perfectamente secundado por sus compañeros, ayer Ricky, Morris o Mickeal, hoy Fran Vázquez, mañana…Cualquiera.

 

El equipo blaugrana acongoja a sus rivales, que tiran con una décima de precipitación, la décima del miedo, esa fracción de intimidación que ejerce el imperio (también defensivo) blaugrana, amparado en la actitud y el lujoso físico de sus jugadores.

 

Por su parte, el Caja Laboral está demostrando cuerpo de fajador, cabeza de gladiador y pulso ganador. Enfrente, el Madrid está compitiendo bien. Pero le falta un toque ganador. El que sí está ofreciendo el MVP de la competición regular, Tiago Splitter, empeñado en despedirse a la grande de la ACB. El pívot brasileño está contando además con un renacido Oleson, que cada día se parece más a sí mismo; este domingo el alaskeño anotó 17 puntos para refrendar su condición de factor clave de la serie.

 

Enfrente, el Madrid ofrece buena imagen. Felipe Reyes está completando unos play offs acorde con su categoría (11 puntos y 8 rebotes de media en las series finales) y Velickovic parece cogerle el aire a su posición de alero. Prigioni imprime criterio en la dirección y algunos de sus jugadores son capaces de brillar en momentos concretos.

 

Pero si el Madrid quiere tener alguna opción en esta serie necesita, como mínimo que, a las buenas cosas que ya hace, se sumen más minutos ‘ganadores’ de Llull, una versión de Bullock parecida a que desplegó frente a Caja Sol y, fundamental, que Ante Tomic cambie el traje de novato por el de pillo para no cargarse tan rápido de faltas ante un huracán llamado Splitter. La emoción está asegurada.

 

Saúl Blanco, el talentoso escolta del Unicaja recién salido de una lesión, dice que forzarán el cuarto partido. Mesinna ha lanzado un órdago sus jugadores: “No sabemos jugar bajo presión”. Uno ha empleado el tono desafiante de los recién llegados a la cúspide. El otro ha utilizado la psicología inversa con la que los entrenadores ‘patriarcales’ motivan a sus jugadores para que éstos saquen todo el fuego competitivo que llevan dentro. Esta semana sabremos si sus palabras han tenido el efecto deseado.


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