Cinco iguales para hoy

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El Asefa Estudiante se impuso al CAI Zaragoza (67-63) en un partido en el que necesitó consumir una prórroga y una decena larga de pérdidas de balón. Tercera victoria para el equipo de Pepu Hernández, que continúa invicto en casa. Theobald Philips nos lo explica con talento, ritmo y humor.

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Cinco iguales para hoy

Theobald Philips

7.noviembre.2011

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Germán Gabriel fue un poste de luz en un partido lleno de confusión; sus 25 puntos de valoración y el ‘asesoramiento’ que dio a Pepu en el último tiempo muerto del periodo regular hablan de un jugador en plena madurez. Fuente de foto: deportes.orange.es


Aromas de basket clásico en Goya, recuerdos de tiempos mejores. Pero hoy, es el encuentro de dos crisis, aquella que en los 90 se llevó al CAI a los infiernos, de donde ha vuelto reencarnado en otro club, y la actual, de la que el Estu no se ha librado totalmente, aun agitando los brazos al borde del abismo para terminar de recuperar el equilibrio.


Empezó el partido deslavazado, sin ritmo, lleno de despropósitos por uno y otro bando ¿Despropósitos? Cabezas sirvió una genial asistencia… a su coach, e incluso el speaker se sumó a la empanada general anunciando a bombo y platillo «sale Luis Flores por Carlos Suárez».


Estudiantes ofrecía poco más que Granger y Gabriel, que por fin ha encontrado el antihistamínico contra su proverbial alergia a la pintura. Al otro lado, el CAI empezó a jugar con algo de sentido y, ante la imposibilidad de hacerlo fácil dentro, con acierto desde fuera (especial mención a Bracey Wright) para conseguir cortas ventajas. El signo del primer cuarto es claro: los madrileños han perdido 7 balones y encestado 6, los maños han perdido sólo 6 y metido 7 = 14-17.


La empanada siguió en el horno en el segundo cuarto. El posteo de Germán no bastaba, y Pepu tuvo que dar fin al descanso de Jayson con sólo 1:50 jugado. Por su parte Abós, temeroso de que el caprichoso geniecillo del porcentaje les volviera la espalda, metió kilos y centímetros sustituyendo a Aguilar (de inicio espumoso) por Archibald. Sin embargo, los pívots colegiales se fajaron bien y siguieron ganando los rebotes: Germán, Driesen y… ¿dónde está Simmons? Si CAI hizo un poco mejor el segundo parcial, los del Ramiro se salvaron en la «recuperación» (26-28).


El tercer cuarto por fin parecía un partido de baloncesto, que hasta los dementes se quitaron la sordina. Los contendientes intercambiaban golpes, sin imponerse ninguno, por lo que las cortas ventajas visitantes parecían un mundo; pasar de 4 a 2 puntos, hacía que los banquillos temblaran. Con 35-37, CAI intentó una zona 2-3, de la que tuvo que despedirse rápidamente cuando dos rebotes ofensivos y un triple la inutilizaron. Ritmo, Estudiantes parecía haber cogido ritmo, pero perdía atrás lo que ganaba delante. Los zaragozanos circulaban por su zona cual si de carril bus-vao se tratara. La remontada se diluyó y la vida sigue igual (40-44).


En el último cuarto, Antoine Wright decidió aparecer consiguiendo jugadas de gran plasticidad (las fotos serán magníficas) pero nulo efecto, lo que el CAI aprovechó para estirarse hasta 43-50. Ambos jugaban serio, pero en intercambio desigual: mueve-y-mete contra mueve-y-falla. Tras los fallos del Estu el público pitaba, pero reconozco mi incapacidad para dilucidar si a los maños o a su equipo.


Jayson, que había perdido presencia, volvió a cancha a menos de 5 minutos. Descansado (Pepu reconoció que jugó tocado), aportó intensidad y acierto, ayudado por Flores que por fin aparcaba su suicida propensión a abalanzarse sobre las torres rivales.


Algo había cambiado: a pesar del dominio interior, Pepu prescindía de sus cincos apostando por Germán y Carlos dentro. El enroque salió bien, y la pérdida de las torres a cambio de movilidad y agresividad en defensa permitió primero forzar la prórroga y luego, gracias a robos, faltas provocadas y hasta tres ataques del CAI que no llegaron a terminar en tiro por unas u otras razones, ganarla. Tras 5 tiempos de igualdad, 67-63 (ah, y en pérdidas 16-23, que ganó el que menos perdió).


La igualdad volvió a la sala de prensa, destacada por ambos entrenadores. Incluso donde Abós reconoció que, como en sus últimos partidos, les había faltado madurez al final («hemos perdonado»), Pepu se sintió especialmente contento con la gestión de esos minutos por su plantilla, sobre todo en el último tiempo muerto («estamos aprendiendo»). Lo dicho, iguales para hoy.

 



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