Corazón de acero

La primera semifinal de la Liga Endesa citaba a dos de los mejores equipos de la competición en el coliseo capitalino. El Real Madrid, campeón de todo hasta ahora, contra la fenomenal plantilla del Valencia Basket de Carles Durán y su fastuosa batería interior.

La hiperactividad y agresividad ofensiva de un Llull protagonista en la previa (los Houston Rockets han confirmado su interés en incorporar al base/escolta de Mahón para el curso que viene) marcaba el paso en los locales, mientras Van Rossom y Dubljevic daban la réplica desde el bando visitante. El cielo es el límite en el caso del ala-pívot de Montenegro, cuya versatilidad es realmente difícil de ver en el Viejo Continente: un gólem de 111 kilos capaz de recibir, echar abajo la pelota naranja, ejecutar el bote con aproximación al aro y acabar asistiendo con un perfecto pase a su socio en la pintura. El futuro ya está aquí.

Así, y pese al mal día de sus tiradores exteriores, la tropa taronja se mantenía enganchada al partido. 25-20 al final del primer cuarto, aprovechando la crispación del Barclaycard Center (y del cuadro merengue) durante el segundo para aproximarse aún más (29-27). Nadie se mostraba contento con la labor arbitral, pero perder la concentración ante este hecho suele resultar letal en estos niveles de exigencia competitiva. Una reacción genial del Chacho (triplazo frontal y canasta por elevación tras penetración) y un triple desde la esquina de Llull dispararían la renta del Real Madrid hasta los 10 puntos, con los que llegaríamos al descanso. 46-36.

Los Sergios, claves en la victoria. Fuente: marca.com

La muchachada de Durán volvería del receso dispuesta a recortar la desventaja, amparándose en la mayor y más fiable de sus fortalezas: su batería de hombres altos. De cómica debe calificarse la deficiente defensa blanca en situaciones de pick & roll durante el tercer cuarto, con Lishchuk irrumpiendo hasta en 3 ocasiones en el corazón de la zona local. La falta de fluidez ofensiva de los de Laso (2 puntos anotados en 5 minutos de juego, con Sergio Rodríguez en el banco) sería mitigada por el esfuerzo individual de un Llull desatado. El partido en un puño, 59-57 para ingresar en el periodo decisivo.

Y ahí emergería el tipo que da título a esta crónica, MVP de la final de la Euroliga y corazón de acero del Madrid. Tras no haber anotado en los 3 cuartos precedentes, el acorazado argentino irrumpió sobre el parqué, aplastando a la resistencia valenciana bajo sus orugas. Festival de puntos (11, incluyendo dos triples y 3 tiros libres transformados), tapones antológicos y raza, la irrupción de Nocioni sería demasiado para un Valencia que además sufriría la lesión de un inspirado Loncar (15 puntos, máximo anotador de su equipo).

Nocioni patrulla la zona. Fuente: acb.com

 

81-71 el resultado final, con Rudy Fernández liderando estadísticamente a los ganadores (18 puntos y 7 rebotes, 8/9 desde la línea de libres) en una serie que promete basket del más alto nivel.