Cuando los dinosaurios dominaban la tierra

blogs-iconoacb-icono

Fuenlabrada y Joventut obsequiaron a la parroquia del Fernando Martín (pues nadie que no estuviera allí pudo verlo) con un partido divertido, vibrante y disputado en el que, llegado el momento de la verdad, la consistencia del magnífico Panko se impuso sobre unos verdinegros huérfanos de Tariq Kirksay, consiguiendo una victoria engañosamente holgada (76-69).

***

Cuando los dinosaurios dominaban la tierra

Theobald Philips

6.abril.2014

Foto: Fran Martínez / www.fuenlafreak.com

Tiranosaurus Panko vs. Triceratops Kirksay

 

El próximo 29 de noviembre Andy Panko cumplirá 37 años. Casi tres meses después de que, el 7 de septiembre, Tariq Kirksay haya soplado 35 velas en la tarta. Y, alrededor del choque directo de esos casi 72 años de sapiencia y talento baloncestístico giró y se resolvió el enfrentamiento entre un Fuenlabrada empeñado en demostrar que lo acaecido ante Estudiantes fue solo un tropiezo, y no una recaída, y un Joventut de Badalona que quería alejarse de la línea roja del corte de playoffs. Mientras el franco-americano estuvo en pista pareció que los verdinegros podrían llevarse el partido pero, cuando la ya clásica cinta del sudor (que no del pelo) desfiló definitiva y anticipadamente hacia el banquillo, el de Harrisburg se vio libre de su sombra y, sacudiéndose el papel más secundario que parece tener ahora en los esquemas, asumió la responsabilidad para ganar el partido.


Sí porque Andy Panko, por mor del juego más coral que el técnico manchego ha traído al club del sur de Madrid, no es que tenga menos presencia en el juego, es que en todo el primer cuarto solo intentó un tiro (cortado en falta -cómo no- por Kirksay), añadiendo únicamente tres más en los segundos 10 minutos. Los primeros beneficiados de ese nuevo reparto de roles son los jugadores interiores, el meritorio Arnold que siempre está donde se le necesita y, sobre todo, Eloy Vargas, al que la cabeza se le ha centrado de forma proporcional al aumento de responsabilidad, convirtiéndose en un jugador más que notable. De hecho, el dominicano se convirtió en el primer dominador del partido anotando, asistiendo, taponando y desquiciando completamente a otro gran veterano, Savané, que no encontraba la forma de superar los interminables brazos y la movilidad del ex de la Universidad de Kentucky.


Pero el amago de escapada fuenlabreña (11-7) tras el intercambio de golpes inicial, propiciada por la ayuda que los dos pívots recibieron del espectacular Feldeine, que podría monopolizar las primeras plazas del Top 7 Kia con dos matazos de campeonato, fue cortado en seco por el 21 de la Penya, con un triple primero y posteando a Paunic después, en cuanto vio la superioridad por haberse ido Panko a descansar, igualando el marcador y encorajinando a los suyos que, apretando en defensa (sensacional sobre todo en la línea exterior, con largas y efectivas ayudas de los grandes) y entregados a la ortopédica pero efectiva mano de Shurna, voltearon el parcial para terminar el cuarto ganando 16-20.


En la reanudación otro soldado de la vieja guardia, Miralles, se sumó al partido teniendo una presencia inmediata a pesar de las ganas que puso Moussa Diagné sobre el parquet. En la lucha de segundas unidades la igualdad (y, por tanto, la ventaja conseguida por la Penya) se mantenía, a pesar de que Fuenlabrada comenzaba con un peligroso juego de ruleta rusa que mantuvo hasta el pitido final y que permitió demasiados triples librados a casi todos los jugadores visitantes. Solo Joseph, a la postre 0/5 3p y -5 val., parecía preocupar a los de Casimiro desde el 6’75, y los pupilos de Maldonado les dieron la razón no aprovechando la oportunidad. 2/10 en este segundo cuarto, 1/7 en el tercero y 1/8 en el decisivo para un paupérrimo 20% global, fue una losa demasiado pesada que acabó lastrando la derrota verdinegra, que habría podido llegar incluso antes si no hubiera sido por su lucha en el rebote ofensivo (11 en los tres primeros cuartos). Por contra, a poco que los de Badalona hubieran tenido un acierto más cercano al habitual, contando con el tiempo que muchos de sus tiradores tuvieron para apuntar al aro, los bombos naranjas y los cánticos azules podrían haber enmudecido en una nueva decepción… Cerrado el aro a los tiros lejanos, mientras Miralles dominó la zona la Penya dominó el partido, siendo de nuevo la salida de Vargas (Arnold no jugó en este cuarto) la que igualó el marcador, permitiendo que al descanso Baloncesto Fuenlabrada recobrase una mínima ventaja (36-34).

 

Foto: Patricia Rojas / www.penya.com

La veteranía es un grado. Arnold y Miralles, dos de los destacados

 

En la reanudación, un viejo fantasma emplumado (es decir, la temida pájara) sobrevoló el parquet cuando Miralles, tanto al poste como con clásicos tiros a tabla desde la media distancia, propició un 0-6 en poco más de un minuto pleno de imprecisiones naranjas. No obstante, Panko y Feldeine exorcizaron al espíritu desde la línea de triples, haciendo ver a todos que la semilla de la concentración parece haber germinado en este equipo. Tocaba bregar, y en la brega hay pocos mejores que Arnold, que percutía una y otra vez el aro para mantener a los suyos en la pomada. Igualado el luminoso en el Marcus vs Albert, y siguiendo los locales con el juego de la ruleta rusa defensiva sin que la Penya acertara con la bala del 6’75 en el tambor de su revólver, fue el triple de Vega, que acudió a su cita de todas las semanas acompañado por otro de “King” Feldeine, el que concedió a los de Casimiro una pequeña ventaja de 6 que Vives dejó en 3 (54-51), metiendo curiosamente el triple más defendido de los cuatro que tiró.


En el último cuarto se siguieron derroteros muy parecidos a los de los tres anteriores. Eran los veteranos Kirksay y Miralles (pues Savané, a pesar de algún destello, no terminó de aparecer), los que cortaban el bacalao en la Penya, ayudados por Shurna con ese tiro tan feo (que dan ganas de pitarle una técnica cada vez que lo intenta) pero tan efectivo. En los locales, Cabezas comenzaba estelar, siendo rápidamente sustituido por Dani Pérez en una apuesta arriesgada de Casimiro, que previó que necesitaría a su “clutch player” en un final ajustado. Los golpes de uno y otro se sucedían, en una lucha de poder a poder, hasta que a falta de 3’50” Kirksay cometió la quinta falta. La aportación del americano, más allá de la estadística, de la defensa a Panko, está en la oportunidad, en el momento en que mete la canasta, roba un balón, coge un rebote ofensivo, etc. Privado de esa oportunidad, y cerrado el rebote propio por Fuenlabrada (ni uno cedió en el último cuarto) para que no se enmendase el error desde la distancia, la Penya quedó a merced del hambre competitiva de Andy Panko que, echándose el equipo a la espalda, atacó con fuerza a la defensa verdinegra para sacar en tiros libres lo que en juego no podía conseguir. Poco a poco, con la ayuda final de Cabezas al que tampoco tembló la mano desde la línea, Fuenlabrada consiguió su despegue sin que los postreros esfuerzos de Devoe Joseph, tan desacertado como en los 39 minutos anteriores, pudieran hacer nada por evitarlo.

 

 

Foto: Theobald Philips para Fiebrebaloncesto

Fundación Baloncesto Fuenlabrada, copando en plata

 

Un último párrafo para glosar la apuesta que este verano hizo Baloncesto Fuenlabrada por su filial, trayéndolo a su campo e incorporándolo a la estructura del club (en vez de como club vinculado). En un año, los chicos de Armando Gómez han ocasionado un grave y agradabilísimo problema a Ferrán López y José Quintana, que tendrán que romperse la cabeza para ver si es posible sacar adelante el baño de Oro ¡Felicidades, campeones!