Hoy me voy a permitir “robar” una frase a Cristóbal Molina, una frase que dijo el otro día en un foro de Facebook en el que participo y del que además soy moderador.

La frase es: Este Barça me produce un picorSITO

Y la verdad es que es un picorSITO la mar de agradable, porque de momento el Barça de Sito Alonso nos está haciendo disfrutar, y lo hace con un juego alegre, pero sobre todo con un juego con mucho, mucho corazón y carácter, algo que teníamos olvidado en el fondo del armario en el Palau.

El partido contra Obradoiro la verdad es que ha tenido poca historia, los gallegos han sobrevivido al primer cuarto (20 – 15 de parcial) para en el segundo fenecer ante un Barça que, a base de defensa, defensa y más defensa los ha desarbolado por todos los lados y que ha dado un golpe al partido con un parcial de 29 – 7.

A esa intensidad defensiva se ha unido un % de tiros de tres altísimo, (15 de 27 es decir un 56% de acierto lo que es una barbaridad) y a ello hay que sumar el partidazo que se han cascado dos interiores, Tomic que tras su fugaz reaparición ante Pao ha vuelto a la pista con unas ganas desmesuradas y se ha ido a 11 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias (alguna de ellas simplemente maravillosa) y 23 de valoración y Pierre Oriola que sigue mostrando un nivel superlativo y se ha ido hasta  los 19 puntos (con 3 de 3 en triples), 5 rebotes, 2 asistencias y 21 de valoración.

Así entre un tiro exterior demoledor y un juego interior resolutivo el conjunto blaugrana se dedicó a picar como un mosquito a su rival, un rival, el Obradoiro que comprobó que no tenía antídoto posible ante tanto picotazo.

Al igual que ese mosquito nocturno, que cuando te vas a dormir, oyes zumbar y te acaba poniendo de los nervios, el Barça fue un continuo zumbido para los gallegos, que no consiguieron en ningún momento neutralizar el zumbido blaugrana y que acabaron desesperados y con 102 picotazos por parte del enjambre blaugrana.

Y la verdad es que enjambre seria seguramente la mejor manera de definir el juego blaugrana, porque pese a tener “mosquitos tigre” como Heurtel, Seraphin o Tomic no basan su juego en solo su individualidad, sino en un juego colectivo que basado en un continuo moverse, algo que provoca desajustes defensivos y que aprovechan jugadores muy móviles como Moerman o Vezenkov para hincharse a meter canastas (Moerman en este partido no estuvo especialmente fino, pero Vezenkov si supo libar puntos aprovechándose del desespero y desconcierto gallego)

El partido como digo tuvo poca historia, ya que el segundo cuarto mato el partido y dejo el marcador en un 49 – 22.

El Barça siguió zumbando en los siguientes cuartos en los alrededores del aro gallego y fue, gota a gota, desangrando e inoculando su “veneno” en el rival, un rival que acabo pidiendo la hora y kilos de After bite.

Por el contrario, en la grada y en la afición blaugrana ese enjambre de mosquitos blaugrana tiene un sonido maravilloso, un zumbido cargado de energía que provoca en el aficionado blaugrana una enorme sonrisa.

Una sonrisa de ilusión y sobre todo de diversión, y unas ganas de querer ver jugar a su equipo, algo que hace años que no veíamos ni disfrutábamos.

Antaño superar los 90 picotazos al rival eran prácticamente motivo de celebración, y esta temporada en 4 partidos ya hemos superado los 100 picotazos en dos partidos de ACB y nos quedamos en 98 en Euroliga

El enjambre blaugrana sigue creciendo de forma exponencial, y sumando “mosquitos” a la causa, la recuperación de la mejor versión de Tomic puede ser sin duda una ayuda y poco a poco parece que incluso Navarro se va animando (10 puntitos contra Obradoiro), pero no solo es eso, porque “mosquitos” recién salidos del huevo salen con ganas de picar (tremendo Marc García contra el PAO que metió 5 puntos en poco más de un min de juego, aunque contra Obradoiro no consiguió anotar)

Pero la verdad es que de momento el enjambre mosquitil blaugrana ilusiona a sus seguidores, y muestra la misa tozudez que ese mosquito que no nos deja dormir, porque sabemos que está ahí, nos desespera y sabemos que más pronto que tarde, conseguirá picarnos, y el problema para los rivales de los blaugrana es que el volumen de picotazos que suelta el conjunto blaugrana es tremendo y terriblemente doloroso para el rival.

El anopheles, un mosquito de la familia Culicidae es vector de la malaria, el anppheles blaugranus, es vector en la afición blaugrana de alegría y sobre todo de un ligero y sobre todo agradable picorSito, el picorSIto de la victoria y sobre todo de la diversión.

Veremos si el Barça continúa aprovechándose de un hasta ahora bastante asequible calendario, un calendario que le llevara en Euroliga a una de las pistas más calientes de Europa, la de Belgrado y en ACB a la de Estudiantes, dos salidas a priori asequibles (quizás Belgrado sea más compleja porque el ambiente allí es infernal, pero por talento creo que el Barça es superior).

De momento, la afición blaugrana, sale del Palau, zumbando de alegría y rascándose ese agradable picorSito que produce la victoria, y más que la victoria, el cómo se consigue, con un juego alegre, divertido, rápido y cargado de sangre (tanto propia como la que quitamos al rival con nuestros picotazos)

 

102 – FC Barcelona Lassa (20+29+29+24): Heurtel (14), Ribas (6), Hanga (8), Moerman (5), Oriola (19) -cinco inicial-, Seraphin (6), García (-), Pressey (6), Vezenkov (9), Koponen (8), Tomic (11) y Navarro (10).

58 – Monbus Obradoiro (15+7+17+19): Sábat (-), Thomas (19), Laksa (5), Radovic (3), Pustovy (2) -cinco inicial-, Simons (2), Llovet (5), Navarro (2), Bendzius (13), Pechacek (2), Corbacho (-) y Pozas (5).

 

Artículo escrito por Jordi Perramón Xinxola en twitter: @guguseti

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del blog www.cosasdejordi.com

Corresponsal de www.fiebrebaloncesto.com para el FC.Barcelona 

Creador del podcast Flagrant Foul