El arte de dirigir a la tropa

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El base es el intelecto de un equipo. A veces también su emoción; es su caudal de serenidad en muchas ocasiones, aunque en los últimos tiempos también triunfa el base pistolero, ese que primero encesta y después pregunta, como bien acreditan las actuaciones de gente como Westbrook o Jackson. Juan Luis Barbero, apasionado de este deporte, traza una pieza diletante a favor de los bases actuales, con una costura que oscila entre el dato certero y la admiración. 

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El arte de dirigir a la tropa

Juan Luis Barbero

22.mayo.2012

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Jackson vs Prigoni, duelo por un billete a semifinales. Fuente: noticiasdealava.com



Es fácil adivinar que al que escribe le fascina la profesión de base. Desde los infructuosos intentos por organizar dignamente el juego de los amiguetes en las pachangas, amasando el balón en busca del pase o del tiro idóneos, servidor tiende siempre a fijar el foco sobre esos tipos tan especiales, lo que en Estados Unidos se denomina point guard: los directores de orquesta.

Esta temporada está siendo verdaderamente fructífera en lo que a playmakers se refiere, tanto a este como al otro lado del charco. Si en la anómala temporada del segundo lock out de la NBA estamos todos alucinados con las exhibiciones varias de Rajon Rondo al frente de los Orgullosos Verdes de Massachusets, en Europa la Final Four de la Euroliga nos regaló a artistas como Spanoulis, Diamantidis, Jasikevicius y Teodosic compartiendo pabellón y anhelos durante un apasionante fin de semana. 

Los Playoffs de nuestra Liga Endesa no iban a ser menos. En el duelo estrella de la primera ronda, el derbi vasco entre Caja Laboral y Gescrap Bizkaia, dos bases geniales dirigían los destinos de las escuadras norteñas. Y en el segundo partido de la serie, los dos generales de pista se mostraron en todo su esplendor, en un duelo espectacular por la supervivencia en las series por el título.

Pablo Prigioni vs Aaron Jackson. El genio de la pampa, la extensión en pista de Dusko Ivanovic, virtuoso del pick & roll y capaz de hacer lo que sea por conducir a su equipo a la victoria, contra el fulgurante base de Hartford, imparable cuando enlaza sus inspiradas penetraciones.

El destino de los equipos vascos quedó en manos de sus directores, en un choque presidido por la igualdad, con nuestros dos artistas retándose en el último cuarto. Jackson, más ejecutor que director, explotó en esos 10 minutos anotando 14 puntos, en un sucesión de triples y virtuosas entradas a canasta marca de la casa. En el bando visitante, Prigioni aceptó gustoso el guante lanzado por su colega para dejarnos una nueva muestra de liderazgo efectivo, de lo que significa echarse un equipo a las espaldas con todas sus consecuencias: canastón final para forzar la prórroga, tiros libres decisivos para llevarse el partido… 9 puntos mortales de necesidad entre el último periodo y el tiempo extra.

Los playmakers frustrados estamos de enhorabuena, con gente como AJ o el eterno Pablo Prigioni dibujando nuestros sueños sobre una cancha de baloncesto, la vida se tiñe de colores e ilusiones. Como consuelo ante la más que posible marcha este verano del dorsal #7 del conjunto de Miribilla, nos queda engarcharnos a la aventura del caudillo de Río Tercero, empeñado en competir hasta el final con su Baskonia, tal y como lleva haciendo 13 temporadas de manera ininterrumpida en nuestro país.




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