El juego del Barça parafraseando a Chicote: “No me como yo eso ni harto de whisky”.

El Bar Tzokas, ese local que a principio de curso pretendía remodelar el panorama festivo baloncestil de la ciudad condal se está quedando a día de hoy, en uno de los mayores desastres que se recuerdan.

La directiva del club decidió cambiar al antiguo regente del local, un local que tenía unas reglas muy claras, unos sistemas muy claros a la vez que demasiado cerrados y que dejaba solamente espacio a la imaginación de muy determinados protagonistas, alguno de los cuales esta mas cerca de la baja por larga enfermedad que no del alta médica.

Con Pascual al mando, el Bar paso de momentos muy bajos como por ejemplo la llegada del propio Pascual para substituir a Dusko Ivanovic, gerente de infausto recuerdo en la fiel parroquia blaugrana, en ese momento el Bar estaba simplemente agotado, frustrado, y sus trabajadores totalmente desmotivados y en algunos casos hundidos por la mala praxis de un Ivanovic que parecía  mas pendiente de hacer bulling al jugador que inspiraba cuando él creía que tocaba expirar.

Pascual cogió ese equipo roto un  29/02/2008 y dando un giro radical a la situación consiguió que todo un equipo desmotivado, se revelara como un equipo capaz de volver a hacer del Bar un lugar donde se quisiera ir, se paso de las caras largas, a caras de alegría, de ilusión, de ganas de demostrar.

8 años mas tarde el modelo de Pascual ya no funcionaba, se seguía mas o menos compitiendo, pero un exceso de rigidez, de control hizo que el usuario habitual del Bar quisiera un cambio, se quería algo mas que ese Gin Tomic, algo mas que ese sex on the beach de Navarro y lo peor por el camino se habían ido perdiendo piezas importantes como esa cachaza carioca de Huertas, esa cerveza Pilsen de Satoransky, se perdían también esos licores de Hierbas de Mallorca de Abrines, y mucho antes se había perdido por un lado ese Bourbon de Road Island que era Pete Mickeal y ese pianista esloveno (Erazem Lorbek)que tocaba en directo en el Bar y que encendía con sus manos parsimoniosas a la clientela.

Tantas bajas acabaron con una excesiva rotación de personal, algo que acabo provocando que el público fiel acabara casi no conociendo a sus barmans habituales, que no conociera en el puerta a esos porteros simpáticos que te recibían con una sonrisa en los labios como N’Dong, o esos camareros hábiles que descolgaban vasos y diferentes elementos de cualquier lado y los colocaban en la cesta correspondiente (Vázquez, Morris), se encontraba a faltar ese RRPP que animaba al personal con su fuerza, con su contagio de energía como era el caso de Roger Grimau.

Tanta perdida acabo haciendo del Bar un lugar extraño, donde la gente no se identificaba, y eso acabo provocando el cese de uno de los mejores gerentes que ha tenido el club (7 lligas catalanas, 4 ligas ACB, 4 supercopas, 3 copas del rey y 1 Euroliga así lo atestiguan).

Pero lo cierto es que el Bar no iba bien, y la directiva decidió dar un giro a la situación, decidió buscar un perfil nuevo, pero lo cierto es que ya se empezó mal, porque los diferentes rumores no dejaban claro que estilo quería poner en el Bar.

Viendo la lista de posibles sustitutos se pasaba de un día para otro de un local de house, techno y trance, a otro de clásicos de los 80, pasando por uno de rock uno de pachanga o de antro de despedidas de soltero.

Trincheri, Katshiraris, Julbe, Jasikevicius, Joan Plaza, Blatt sonaron como posibles entrenadores blaugranas en un baile de nombres y estilos de juego mas variado que los modelos de Agatha Ruiz de la Prada.

Al final se eligió director, gerente, y se dio a Giorgios Bartzokas el mando del Bar, un Bar que se intento remozar, eso sí, algunas cosas se cambiaron porque se quiso (baja de Samardo Samuels) y otras porque no quedo mas remedio (salidas a la NBA de Satoransky y Abrines).

Para ese fin, se le dieron a Bartzokas una serie de piezas, unas pedidas por él, otras traídas por la dirección técnica, así Bartzokas se trajo a Claver, por el que se pago el oro y el moro, y que de momento no es mas que un gris currante que no destaca, y se trajeron a Koponen y a Rice de la fría Rusia.

El resto seguía siendo el mismo, y al principio de curso pareció que había un cambio, mayor movimiento de balón, mas correr el contraataque, un juego menos atado por sistemas y mas generación de juego desde el pick&roll con Rice.

Pero la vida en el Bar es dura, y poco a poco, diferentes piezas se fueron cayendo, Lawal ya no empezaba el año al romperse el tendón rotuliano, Dorsey empezaba tocado, Ribas en su mejor momento se rompía el tendón de Aquiles y Navarro seguía con sus ya eternos problemas físicos, a ellos se unía Doellman que también se rompía y con tanta baja el gerente del Bar se veía sobrepasado.

Y se veía sobrepasado porque esa falta de efectivos hacia que el equipo no cogiera personalidad, una personalidad que ahora mismo está perdida ya que el conjunto blaugrana, el equipo del Bar, no sabe qué música ha de poner y eso provoca que nos encontremos que un día ponen Techno, al siguiente heavy metal, al siguiente pachanga y que en general el local acabe pareciendo un antro de siniestros ya que las caras del personal y los usuarios suele ser esa, la de un siniestro ya que el Barça a día de hoy no genera sensaciones, te deja frio, blanco, mortecino, te mata poco a poco de aburrimiento.

El equipo aun no sabe a qué quiere jugar, ni como lo quiere jugar, ni cuando quiere jugar, la apatía y abulia defensiva es sangrante, algo que lleva a los interiores a ir de culo ya que las penetraciones se defienden con la mirada, estos saltan a la ayuda y jamás reciben esa segunda ayuda, Rice además se come el 95% de los bloqueos directos, y es superado con excesiva facilidad, por dentro se sufre con emparejamientos extraños como por ejemplo el día que Tomic se emparejo con Singletton, un emparejamiento que ya se veía seria un calvario para el croata pero que desde el banquillo o no se vio o no se quiso poner solución.

En ataque la cosa es aún peor, ya que hemos pasado de un exceso de control, a un total descontrol, un descontrol que se traduce en continuas pérdidas de balón 15.55 por partido (solo el Retabet Bilbao Basket pierde mas con 15.64) en ACB que se  convierten en 13.45 en Euroliga.

Esas pérdidas hacen que el equipo en ataque vaya perdido y que tenga un nivel de anotación impropio de un conjunto que en teoría está pensado y hecho para luchar por todo, pensemos que en Euroliga la media es de 70.36 puntos por partido y en ACB se sube hasta 83.18, en defensa por eso el equipo es un colador, recibiendo en ACB 78.58 puntos por partido y en Euroliga 73.54 (recordemos que en euroliga se anotan 70.36 de media).

La verdad a día de hoy, tras 11 partidos de Euroliga, tras 12 jornadas de ACB, aun no se a que quiere jugar mi equipo, no sé qué tipo de música quieren ponerle al Bar, no es normal que un conjunto que tiene a Claver, Doellman y Vezenkov acabe muchos minutos jugando con Perperoglou de cuatro, no es normal que se traiga a Renfroe para dar descanso a Rice, y acaben jugando 30 min uno y 23 el otro, no es normal que los minutos importantes en Europa los acabe jugando Dorsey, que en ataque es un tronco enorme, no es normal que solo se vean sistemas para acabar recibiendo lejos, ni que Dorsey y Tomic haya jugadas donde reciben a 10 m del aro, lugares donde aportan el mismo peligro que yo jugando de delantero centro en el futbol (es decir 0 o nada).

No es normal que desde el banquillo no se aporten soluciones, ni que se apueste por Doellman recién salido de una lesión cuando Vezenkov esta ganándose a pulso minutos de calidad, no es normal que jugándote el partido y en un acto desesperado se acabe sacando a jugar el cuarto decisivo a Ericksson que se ha pasado 3 cuartos sentado en el banquillo, en definitiva no es normal.

Se echo a Pascual en parte, porque se decía que sus equipos no daban espectáculo, y me pregunto, ¿se da ahora? Bueno espectáculo si, denigrante, porque el juego blaugrana es ahora mismo eso, denigrante, como lo fue para el aficionado culé ver como el eterno rival ganaba de 39 en el Palau (y ojo, aun fueron pocos puntos de diferencia porque se llego a ir 47 abajo).

El Bar Tzokas ahora mismo, no funciona, ni los ultra defensores del gerente griego hablan, mas que nada porque ahora mismo, no hay defensa posible de su actuación, y cuando la hay toda empieza achacando a las lesiones o a la herencia recibida del dúo Pascual / Creus.

Pero personalmente creo que el problema es ahora mismo que ni el público, ni los jugadores, ni el entrenador saben a qué juega el Barça, y eso a las alturas que estamos es imperdonable ya que no se ve una apuesta por un tipo de juego u otro, no sabemos si quiere jugar small ball (dios no lo quiera porque a mí personalmente me repele) jugando con Perperoglou de 4 y con Doellman o Vezenkov de 5 o un juego mas clásico con un 5 como Tomic.

En fin veremos si la cosa se arregla, si el Bar Tzokas remonta el vuelo y se decide por un estilo de juego determinado, por una música para el Bar determinada pero para ello deberá mejorar primero en defensa, y desde esa defensa construir un ataque consistente, porque ahora mismo la defensa hace aguas y el ataque tres cuartos de lo mismo.

Lo que si tengo claro es que tal y como está ahora el Bar, no lo arregla ni la versión mas cañera de Chicote, y quizás lo que necesita este Barça sea eso, un Chicote que ponga orden, que  coja y diga esto se hace así, así y así, y aquello asa, asa y asa, un Chicote que les suelte frases como :

“Me cago en la puta, tienes menos sangre que una zanahoria. ¡Venga, espabila!”

Frase que podríamos decir a unos cuantos, empezando por la apatía defensiva de Rice y siguiendo por Doellman, Tomic y alguno más, eso si yo personalmente, me quedo más con esta frase que también dijo Chicote en uno de sus programas de Pesadilla en la Cocina:

“No me como yo eso ni harto de whisky”.

Porque realmente, el juego del Barça de Bartzokas, no me lo trago….ni harto de whisky..o en mi caso…vodka

 

Artículo escrito por Jordi Perramón Xinxola en twitter: @guguseti

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del blog www.cosasdejordi.com

Corresponsal de www.fiebrebaloncesto.com para el FC.Barcelona y mienbro del equipo de Pasos de Salida, programa de Radio que emitimos cada domingo de 21:00 a 22:00.

Creador del podcast Flagrant Foul