Energía, calidez, impacto

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El equipo con el segundo presupuesto de la liga se ha encaramado hasta la séptima plaza de la competición. Lo ha conseguido a través de un baloncesto atractivo y sólido, fundamentado en una defensa competente y un juego muy matizado en el plano ofensivo. En este artículo repasamos algunos de los pilares de su triunfo: el entusiasmo de su afición, la creatividad supersónica de Valters, el empuje de Ayón, la puntería de Mainoldi, el saber hacer de sus secundarios, el criterio de su entrenador, Salva Maldonado (y su cuerpo técnico), y…Los valores que hacen único a este club.

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Energía, calidez, impacto

Pedro Fernaud

18.mayo.2011

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Camaradería, exigencia y colectivismo con las claves del Baloncesto ‘Coral’ Fuenlabrada. Fuente de foto: baloncestofuenlabrada.com. Autor: Fran Martínez

 


La iglesia de nuestro tiempo está abarrotada. Cinco mil feligreses largos cantan, bailan, celebran. Sus deidades profanas frisan los dos metros de armadura corporal. Esta parroquia pertenece al sur de la masificación de la Península. Es una colección de gladiadores fuera de la norma. Funciona porque ponen su ego al servicio de una causa más trascendente que su individualidad. Baloncesto coral, lo llaman. Viven de naranja. 

Juegan con energía, calidez, impacto. Hacen honor al tono de su recortada túnica. Kris Valters, hijo de una leyenda del pilotaje de grupos, enciende el juego a una velocidad que no cabe en las mentes de los hombres ordinarios. Su facilidad para el pase es una imaginación que propicia alegrías colectivas. Para dar sentido a su creatividad, Caballero Mainoldi ajusta la mirilla y emboca canastas donde otros sólo ven lejanía. 

También está ‘Titán Ayón’, heredero de antiguos chamanes aztecas. Un tipo que juega sin miedo. No piensa, actúa. Fluye por encima del aro. Ora tapona, ora machaca, ora capturas balones huérfanos, ora salta en vertical (Pegaso cambia el caballo por los músculos) y anota con la elegancia de un Humano Real. Podríamos mencionar más cosas, la elegancia de Cortaberría, el talento de Rabaseda o la clase de Barton.

(Con Mr Maldonando poniendo el criterio en las coordenadas)

Pero por encima de esos chamanes y sus buenas artes, bulle la geometría de un juego con algo de ajedrez emocional, con la precisión apuntando al cielo. Esta religión no espanta a los librepensadores porque incluye la diversidad y la confluye en una vibración colectiva donde la gente interioriza valores. Afán de superación, humildad, paciencia, cultura del trabajo, compañerismo y, por qué no, afán de espectáculo. 

Enhorabuena Fuenla, 
suerte en tu dibujo de la excelencia.



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