Lucha de Gigantes

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El aire no se convirtió en Gas Natural ayer en el Palacio de los Deportes (tal y como relataba la prodigiosa canción de Antonio Vega, D.E.P), pero lo que presenciamos los afortunados asistentes al feudo blanco fue una tremenda batalla entre dos colosos, dos poderosos juggernauts en las alturas de la liga Endesa.

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Lucha de Gigantes

Juan Luis Barbero

21.diciembre.2012

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Éxtasis de Llull, el favorito del Palacio. Fuente de foto: solobasket.com


El Madrid saltó a la pista de nuevo con el brasileiro Hettsheimer en el quinteto y, lo que es más importante, con un plan. La carga inicial la acometerían sus dos jugadores interiores, principalmente el #12, un Nikola Mirotic levemente señalado en las últimas fechas por sus lagunas puntuales de concentración. El nacionalizado español tenía ganas de agradar y ello, unido a su prodigioso talento, se tornó en pesadilla para un Doellman incapaz de frenarle en fase defensiva. 10 puntos de salida entre el ala-pívot y el center de Pablo Laso y reacción de Perasovic, dando entrada a Pietrus por el superado Justin. Reacción infructuosa, dicho sea de paso, pues tampoco el exhuberante físico del francés sería capaz de intimidar a un Mirotic imperial en el primer parcial, anotando, reboteando y asistiendo a placer. Sería otro francés, el recién llegado y ex-madridista Mickaël Gelabale, el que permitiría a los visitantes agarrarse al partido, con su valentía en ataque. 20-11 para los de casa al final de los primeros 10 minutos.


El Madrid continuó su plan en el segundo parcial, esta vez con Begic de estilete al inicio. Con Doellman y Rafa Martínez totalmente fuera de partido, los merengues tuvieron a Valencia Basket grogui, deambulando por el parqué a la espera del K.O. Pero el equipo blanco, más atascado en ataque de lo habitual, mostró su lado magnánimo, para unirse al carrusel de despropósitos en que acabaron convertidos los segundos 10 minutos: una orgía de imprecisiones, balones perdidos y fallos en posiciones claras de tiro. El 41-28 al descanso no era mala cosa para la tropa de Perasovic, tal y como habían jugado hasta entonces.

Como decíamos antes, el Madrid perdonó a su rival (en uno de sus pocos problemas recurrentes en lo que llevamos de fastuosa campaña), y el Valencia Basket agradecería el favor. Un resucitado Doellman (19 puntos en el partido para el americano) acaudilló la reacción de los taronjas, anotando desde todas posiciones y grados de dificultad. Apoyado por Markovic en la dirección y un Dubljevic letal en ataque (alguien debía haber avisado a los de Laso acerca de la peligrosidad del montenegrino desde la línea de 3 puntos, algún ojeador quizás…), Valencia anotó en ese tercer cuarto más que en los dos anteriores (29 puntos). Esta vez le tocaba al Madrid agarrarse al partido, lastrado por su gripado ataque. Para eso y mucho más está Felipe Reyes. Con los frágiles interiores madridistas recibiendo un tapón tras otro en la zona naranja (patrullada por un Lauvergne reencarnado en Dikembe Mutombo), las agallas del capitán y ciertos momentos de lucidez de Llull permitieron a los blancos mantenerse por delante en el electrónico a duras penas. 58-57 al final de tercer periodo.

Las espadas en todo lo alto para el cuarto y definitivo: un bellísimo espectáculo para cualquier amante de nuestro juego, guerra de aciertos entre los mismos protagonistas del embarullado segundo parcial. Felipe (18 puntos y 9 rebotes) y Llull de nuevo a los mandos del acorazado blanco, con un devorador de playmakers en el lado rival. Desde sus casi 2 metros de altura, Markovic (asustan las posibilidades del serbio de 24 primaveras cuando está centrado) había atormentado a los 3 pointguards del Madrid durante todo el duelo, y en el último cuarto la historia no iba a ser distinta. Perfecto control del tempo, penetraciones imparables para los bases rivales y búsqueda constante de la fluidez, para encontrar a los artilleros en las mejores posiciones. Partido igualado, chorreo de tiros libres, tiradores afinados (espectacular el triple de Kelati, para empatar el partido a 79), el Madrid con sus 3 bases en pista… Momento para un killer. Y en el Madrid (con Rudy de baja, e incluso si el ex de Portland hubiera estado disponible), Llull (14 puntos y 6 asistencias, sus números ayer) siempre da un paso adelante. El apoteósico triple del cohete de Mahón (y el carrusel de tiros libres posterior) cerraría la victoria más sufrida del invicto Madrid, y de paso uno de los mejores partidos en lo que llevamos de Liga Endesa. Una verdadera Lucha de Gigantes.


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