‘MVP Diamantidis’ y ‘Maquiavélico Batiste’ gobiernan el nuevo mundo del básquet

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Fiebre Baloncesto ‘se moja’ en su afán por espigar lo mejor de este fin de semana de excelencia. He aquí nuestro quinteto ideal de determinantes: ‘MVP Diamantidis”, “Rifle Nicholas’, ‘McQueen Eidson’, ‘Maquiavélico Batiste’ y ‘Vulnerable Big Sofo’. Nos encantará conocer tu quinteto favorito de estos días a través de las redes sociales…

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‘MVP Diamantidis’ y ‘Maquiavélico Batiste’ gobiernan el nuevo mundo del básquet

Pedro Fernaud

9.mayo.2011 

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BASE

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Dimitris Diamantidis. Desde los tiempos de Toni Kukoc (principios de los noventa) el baloncesto europeo no disfrutaba de un jugador tan completo en la faceta exterior del juego. Diamatidis es un diamante en la gestión del tempo de juego, la resolutividad anotadora, el reparto de protagonismos entre sus compañeros y la defensa. No en vano hablamos del MVP de la fase regular de la Euroliga, así como del mejor defensor. En esta Final Four ‘se conformó’ con ser el máximo asistente y manejar a su antojo los dos partidos que invistieron de gloria a los suyos. Es la consecuencia lógica de ser una enciclopedia en movimiento. Distinción vedada a unos pocos superclases en activo. Traducido en lo concreto: el ‘Pana’ obtuvo su sexta Euroliga y él fue escogido MVP de la Final Four por segunda vez (la primera tuvo lugar en 2007).


ESCOLTA

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Drew Nicholas. Es cierto que los 16 puntos de media que Sergio Llull (tercer máximo anotador de este fin de semana de excelencia) ha logrado en estos dos partidos merecen una mención (claro que los más realistas subrayarán que frente al Maccabi se quedó en nueve). Pero al final, muchas veces, la calidad de un jugador se mide por cómo hace las cosas, cuándo las hace y también dónde. Variables que domina como nadie Nicholas, que es un rifle de repetición al que uno imagina causando fascinación en la ópera de Milán. El veterano escolta norteamericano fue un argumento de primer orden en el arte de estirar a favor de su equipo los marcadores de las semis y la final.


ALERO

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Chuck Eidson. Existe una fina línea que delimita la diferencia entre chulería y elegancia. Eidson parece entender cómo nadie sus secretos. El alero del Maccabi, una suerte de Steve McQeen del parqué, ha convertido estos días la anotación en un asunto de elegancia y suficiencia. Así hasta convertirse en el máximo anotador de la cita (18 puntos por velada) y también el hombre con mejor valoración media (25 puntos). Suficiente para causar asombro y hacer soñar a los suyos. Insuficiente para neutralizar el poder postmoderno de los ‘pasionales verdes’ , una maquiavélica máquina de fábricar triunfos.


ALA PIVOT

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Mike Batiste. El ‘cuatro’ del Pana tiene todos los atributos para ser considerado un malo de película. Posee un cuerpo de gladiador, la listeza de los mejores competidores y gasta una fanfarronería en la victoria que le emparenta en mala educación con ‘nuevos ricos’ de la excelencia como Lebron James o Shaquille O’Neal. Ha sido determinante en este fin de semana. Por lo que ha anotado (17 puntos de media, segundo máximo anotador de este cuadrángular de oro), por la fiereza con la que ha reboteado y por lo que ha intimidado. El cardenal Richeliu estaría encantado de tenerle en nómina…


PIVOT

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Sofoklis Schorsantis. Su actuación en la final fue absolutamente irrelevante. El ‘Pana’, que lo conocía bien de cuando jugaba en el Olympiacos, cortó todas las vías de acceso para que recibiera balones. Y cuando consiguió alguna pelota en el poste bajo, naufragó ante los dos para uno y tres para uno que le practicaban los adversarios. ¿Por qué está entre los mejores de este fin de semana? Porque su actuación en semifinales fue la llave que dio al Maccabi el boleto para la final. En 19 minutos de acción pulverizó a las huestes blancas: 16 puntos y 5 rebotes y dio a su equipo el necesario equilibro entre juego exterior e interior. Ausente Perkins, él era la clave para dar solvencia a su escuadrón. Sólo superó el reto en la primera batalla.



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