Real Felipe

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Algunas veces la realidad se pone a favor del redactor con ínfulas de estajonivista. En Fiebre Baloncesto le debíamos un perfil a Felipe Reyes por su colosal actuación en la cuarta jornada de la Liga ACB (17 puntos, 13 rebotes, 6 asistencias y 2 recuperaciones), en la que su concurso resultó vital para que el Real Madrid obtuviera el triunfo ante el Power Electronic Valencia. Este jueves tuvimos una sensación de «ya lo he vivido». Esa prolongación de la conciencia y el juego tiene un hacedor con nombre propio: Felipe Reyes Canabas, que, no contento con su exhibición del fin de semana anterior, volvió a firmar unos números galácticos ante el Unicaja: 17 puntos, 8 rebotes y 2 balones recuperados. ¿Resultado? El Madrid suma su primera victoria en la Euroliga y la segunda consecutiva. Poco a poco, parece que el matrimonio Messina-Reyes empieza a cuajar.

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Real Felipe 

Pedro Fernaud

29.octubre.2010

 

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Felipe Reyes anotó 17 puntos y sumó 8 rebotes para liderar el triunfo blanco sobre el Unicaja.

Fuente de foto: acb.com.

 

El año pasado, un buen amigo aficionado al baloncesto europeo, ya me alertó del tsunami que se avecinaba: «Cuidado con la relación entre Messina y Felipe Reyes, porque no creo que el pívot cordobés sea del agrado del italiano. A Ettore le gustan los 4 abiertos, que ensanchen el campo y con un tiro que funcione como arma disuasoria ante el rival». La realidad y el hecho de que Felipe empezara el curso pasado con problemas de lesiones (con la consiguiente ulterior baja forma) parecían dar la razón a mi colega, que tampoco se hizo el humilde al valorar sus dotes como vaticinador.


Sea como fuere, con los jugones de verdad, nunca está todo dicho. Si JC Navarro fue capaz de seducir a ‘Sargento de Hierro’ Ivanovic con la mejora de sus prestaciones defensivas, no parecía descabellado pensar que Felipe pudiera habilitarse un tiro eficaz con algo más de distancia. La transición de esos 5 metros a los 6,75 actuales no es tanto una dificultad técnica como de hábito y autoconfianza. El caso es que los lectores de fiebre ya han apreciado los significativos cambios que el juego del cordobés ha experimentado en los últimos tiempos. Felipe tira más. Es más dinámico. Y más ambicioso.


Un jugón bajo presión suele mutar a mejor. Por el camino, el benjamín de los hermanos Reyes ha conservado su don para el rebote, que alimenta con buenas dosis de concentración y orgullo competitivo. También sigue puliendo su facilidad pasadora en el poste bajo. Y ha alcanzado ese punto de serenidad que le hace robar balones donde antes su exceso de ardor guerrero le llevaba a cometer faltas.


En el partido de ayer pudimos aprecias esas lujosas prestaciones, que se mezclaron con un buen partido de los Sergios. En el primer acto, Rodríguez echo mano de su velocidad y talento para dejar sin cintura a Freire y redimirse de su floja actuación ante el Valencia con 8 puntos de puro espectáculo.


Enfrente, el trío formado por Berni-Jiménez-Freeland presentaba batalla. Pero no suficiente como para que Sergio Llull se viese intimidado. El base menorquín volvió a ofrecir otro tratado de triples y liderazgo para matar el partido en sus momentos clave. Para la viodoteca, algunos contraataques de los blancos, que cada día gestionan mejor ese arte amprados en el talento del ‘Chacho’ Rodríguez, que acabó el envite con 14 puntos y 2 asistencias. Un punto menos y tres asistencias más sumó su tocayo Llull. Entretanto, la gente veneraba el partido de Felipe Reyes, que está haciendo méritos para asociar su nombre con el de otro mitos que figuran en el panteón de leyendas merengues.


Para blancos eufóricos, una frase de José Mourinho, el técnico del equipo de fútbol, al que hace pocas fechas visitó Messinna con el noble ánimo de recibir inspiración: «Estamos felices pero no eufóricos, queda mucho trabajo por hacer». Seguro que Real Felipe suscribía esas palabras.