Remontada sin final feliz o la moraleja de las derrotas instructivas

blogs-iconoturkey10-icono

España alcanzó este domingo el clímax de su preparación. Enfrente, encontró a una colección de grandes jugadores en el registro individual, y también superatletas, liderados por Kevin Durant, un eslabón adelantado del futuro en la evolución humana de deportistas. Durant fue el hombre del partido. Anotó como Kobe (25 puntos), reboteó como Howard (10 capturas) y taponó como si tuviera la envergadura de Yao Ming (3 gorros). Por si fuera poco, fue el artífice de que España marrara su última posesión. Enfrente, la selección de Scariolo pagó sus excesivas ganas de agradar. Sobre todo, en la primera parte. En la segunda se redimió, liderada en la dirección Ricky, impulsada por Navarro en la anotación y apuntalada por la solvencia de Marc en la zona. El partido mostró también los jugadores en estado de gracia, aquellos que a día de hoy cotizan al alza en el nivel de confianza de los aficionados.

***

Remontada sin final feliz o la moraleja de las derrotas instructivas

Pedro Fernaud

 

85 – ESPAÑA (16+17+25+27):
Rudy Fernández (5), Navarro (20), Calderón (0), Marc Gasol (17) y Garbajosa (4) -equipo inicial- San Emeterio (0), Rubio (7), Reyes (16), Vázquez (8), Mumbrú (3), Claver (1) y Llull (4).
86 – ESTADOS UNIDOS (23+22+24+17):
Billups (10), Igoudala (4), Durant (25), Rose (13) y Odom (12) -equipo inicial-, Gay (4), Gordon (0), Westbrook (8), Chandler (3) y Curry (7).

ESPAÑA (85): Rudy (5), Navarro (20), Calderón (0), Marc (17), Garbajosa (4), Emeterio (0), Rubio (7), Reyes (16), Vázquez (8), Mumbrú (3), Claver (1), Llull (4)

ESTADOS UNIDOS (86): Billups (10), Igoudala (4), Durant (25), Rose (13), Odom (12), Gay (4), Gordon (0), Westbrook (8), Chandler (3), Curry (7).

 

100823_marc

Marc Gasol hizo un trabajo notable frente a una defensa americana especialmente belicosa

con él cada vez que recibía la pelota. Fuente de foto: Fuente foto: Pablo García, marca.com.

 

 

En esa categoría se encuentra Felipe Reyes. El pívot de Córdoba es inmune a la intimidación que los jugadores americanos ejercen sobre los españoles. Intimidación natural por otra parte. Piénsalo. Enfrente, tienes a un pavo que mide un poco más que tú, que está más cachas y que definitivamente es más rápido. Así cualquiera se desmoraliza. Pero Felipe lo siente de otra manera.

 

Tiene un corazón apto para crecerse en la adversidad. Una cualidad que debe venir de familia, si atendemos a las gestas que en su momento protagonizó su hermano Alfonso . Donde otros ven seres con demasiadas habilidades, Felipe siente un reto para enseñar su mejor basket. Optimiza sus 203 centímetros y aprovecha las posibilidades de su deseo (el deseo no se entrena, diría el maestro Allen) para llegar a balones vedados para la mayoría.

 

Por desgracia, Reyes no partió de inicio y bien que lo echó de menos la selección. Varios miembros de la primera unidad no tuvieron su día. Calderón a la cabeza (0 de 5 en tiros de 2). Criticar a Calde es como meterse con ese primo tan majo que te cae tan bien. Pero lo cierto es que el de Villanueva de la Serena atraviesa un momento bajo de forma. No le entran los tiros y esa falta de autonomía anotadora también se nota en el flujo de su dirección en cancha, inesperadamente acelerada en los últimos tiempos.

 

Tampoco Rudy ni Garbajosa ni Marc despegaron bien. Les podía la ansiedad. Las ganas de reivindicarse. Todo el quinteto inicial español ha jugado alguna vez en la NBA. Por eso saben que cuando compites allí tienes que doblar tu velocidad de ejecución en los movimientos. Y que no está de más inflar el ego. Ser orgullosos. Desafiantes. Pero a los chicos se les fue de vueltas la motivación. Jugaron como si en cada acción que emprendían estuviese en juego su futuro. Teoría que no parece muy descabellada si uno piensa en la incómoda situación en la que se encuentran Rudy y Calde en esta pretemporada NBA.

 

Así las cosas, EEUU aprovechó este desconcierto para estirar el marcador a su favor. (16-23) en el primer cuarto. Como galvanizador del juego, Kevin Durant. El jugador total. Un chico de 2’08 que juega cómodo en todas las posiciones. Un tipo con el don de este juego que dice que de su madre y su abuela aprendió la importancia de respetar a los demás, de trabajar duro y de alimentar la confianza en uno mismo. Valores claros, principios sólidos, que el ha cultivado en una forma de jugar que siempre parece encontrar nuevas dimensiones.

 

España ayer no fue un reto en la primera mitad. Más bien, pareció un conejillo de indias. Los jugadores americanos se olvidaron de su desidia del día anterior ante Lituania y jugaron ofreciendo su mejor versión. Rose fue una máquina de quebrar caderas españolas, Billups compuso elegancia y acierto, mientras que Lamar Odom impuso sus colosales condiciones para gobernar la zona. Por no mencionar la oda a la productividad que tejió Stephen Curry: 7 puntos en 7 minutos. Con estas coordenadas, los estadounidenses se fueron al descanso con una ventaja de doce puntos (33-45).

 

Tantas destrezas empezaron a encontrar respuesta cuando Ricky Rubio ingresó en la cancha. Rubio sigue generando una extraña sensación de grandeza cuando juega frente a los americanos. En algunos partidos juega bien, a menudo muy bien. Pero es como si sintieras que una parte de él estuviese lejos de la cancha. Como si pensase que no es de buena educación emplearse a fondo cuando enfrente tienes rivales a los que puedes desactivar con cualquier genialidad. Pero frente a EEUU se pone las pilas todo el rato.

 

Hace del rato reto. Y revienta las expectativas. Entre otras cosas, en este partido dejó un eslalón ganador en el careto de Odom que ha merecido el reconocimiento de hasta la página web de la NBA.

 

  

El caso es que Ricky imprimió descaro y acierto a la dirección del equipo para acabar sumando 7 puntos, 6 rebotes, 4 robos y 3 asistencias. De su mano, JC Navarro dispuso de más espacios para anotar con regularidad. El capitán, 20 puntos en este choque, máximo anotador español, volvió a demostrar la consistencia de su juego cuando las cosas se ponen adversas. En ausencia de Pau (Batman si atenemos a la definición de la gente de la Sexta), Robin se pone el traje de superhéroe titular y no le falta ni valentía ni destrezas para cumplir con nota en ese oficio.

 

A ellos también se unió la actividad de Fran Vázquez (8 puntos, 3 rebotes y 1 tapón). Otro que se crece cuando huele sangre yankee. Metidos en esta dinámica, Marc destapó el tarro de sus esencias de espaldas al aro. Le basta una décima de segundo. Esa décima la encuentra con un empujón de su corpachón o con una finta. Y cuando obtiene esa ventaja es letal. Sus 17 puntos, 7 rebotes y 2 asistencias ganan valor si uno piensa en cómo templó los nervios ante las provocaciones de Westbrook.

 

Así las cosas, España empezó a recortar distancias. Ganó el tercer parcial (25-24). Y en el último se llegó a poner por delante gracias a la efervescencia de Navarro y Ricky. Pero no fue suficiente. Rose anotó una canasta ganadora desafiando todas las leyes de la gravedad y alguna de la física. Y en la posesión definitiva, Mike Krzyzewski le ganó por la mano a Scariolo, planteando una defensa zonal en la que Durant funcionó como punta de lanza para abortar dos intentos de triple que nunca encontraron trayectoria de aro. En suma, partido muy competido, lecciones importantes para el futuro.

 

Las verdaderas revanchas se producen cuando hay piezas de caza en juego. Por eso no debe preocupar en demasía esta derrota, la primera en los nueve partidos de preparación. La buena noticia es que España rotó toda su plantilla y los americanos exprimieron a fondo a sus jugones de cabacera. Paradojas. A lo mejor ellos necesitaban más esta victoria que los españoles. Por esa senda, España puede encontrar una vía de agua a su favor en el futuro. No es fácil portar el cartel de megafavorito todo el rato. Desgasta. Cansa. Abruma. Además, para la próxima habrá unos cuantos jugones de los nuestros que querrán volver a abrillantar su buen nombre. Los retos están servidos.