Sancho Lytlle: talento natural y compromiso como guinda de la selección

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Sancho Tracy Constance Lyttle recibió la nacionalidad española a finales del pasado mes de junio. Como sucede con los deportistas excepcionales no nacidos en nuestras fronteras, el Consejo de Ministros aprobó su nacionalización por carta de naturaleza (dicho en plata: al momento, con la consiguiente agilización de los tediosos trámites burocráticos). La explicación dada para argumentar su ‘españolización’ habla por sí sola: “En ella concurren circunstancias excepcionales como poseer excelentes cualidades físicas y técnicas para destacar en el baloncesto, lo que puede contribuir a elevar el potencial del equipo nacional en proyectos futuros, como su selección para participar en el próximo Mundial”. Una declaración lúcida y con valor profético, que se ha hecho realidad en los primeros cinco partidos de competición, donde a día de hoy es la máxima anotadora del campeonato, con una media de 19,6 puntos por velada.

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Sancho Lytlle: talento natural y compromiso como guinda de la selección

Pedro Fernaud

29.septiembre.2010

 

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Nuestra «gran» Lytlle. Fuente de foto: feb.es

 

Todos, en mayor o menor medida, hemos tenido alguna clase de acercamiento a una de las obras cumbre de la literatura española: ‘Don Quijote de la Mancha’. En ella se narran las aventuras y desventuras de un señor con una holgada posición económica, muy mayor, muy lector y muy idealista que acaba por perder la chaveta de tanto leer novelas de caballerías. Y, que una vez entrado en esa fase de delirio (no sabemos si real o fingido) lía a un humilde campesino para que le acompañe en toda clase de aventuras y despropósitos, donde casi todo le sale mal, pero donde nunca faltan ni imaginación, ni dignidad ni sentido del humor.

 

En ese célebre dueto de la literatura universal, Sancho juega el papel de realista, cargado de sentido común y llaneza propia del campesinado al que representa. En línea con el personaje que quizá inspiro su nombre, Sancho Lyttle es extremadamente realista, humilde y se expresa (todavía en inglés, porque dice que hablar español en público le da corte” con tiento y mucha prudencia. Pero, al igual que sucede con el Sancho original conforme discurre la trama de su historia personal, la señorita Lyttle no tiene incoveniente en ir aderezando su discurso con algunas pinceladas de idealismo e ilusiones por lo bueno que le puede venir a la selección en estos primero de otoño.

 

Como saben los buenos aficionados al baloncesto femenino, Lyttle jugará por tercer curso competitivo con el Perfumerías Avenida de Salamanca. Allí coincidirá con Alba Torrens y  los medios salmantinos dicen que quizá con Ana Montañana. Sea como fuere, lo que nadie discute a estas alturas de la película, es la influencia de esta pívot de 1’93 en la pujanza competitiva del equipo de la ciudad charra. Cuya afición es más animosa e irreverente del baloncesto nacional.

 

En estas dos temporadas, esta resolutiva jugadora, natural San Vicente  y Las Granadinas (ubicadas en el Mar de las Antillas, en pleno Caribe), ha conquistado el MVP de la Liga Femenina; asimismo, ha llevado a su equipo al subcampeonato de Liga y Copa. Es decir dos veces ha logrado el doble subcampeonato en las dos mejores competiciones de basket femeino en nuestro país, donde debutó en el equipo de baloncesto de la isla de Ibiza.

 

Su singladura en la WNBA (la NBA de las chicas) también es muy notable. Lleva ya cinco temporadas como profesional, donde ha militado en los Houston comets (2005-2008) y las Atlanta Dreams, equipo con el que esta temporada ha promediado 12,8 puntos y 9,9 rebotes por partido y ha conseguido el subcampeonato de esta temporada. El hecho de que su equipo llegara tan lejos fue el motivo por el que Sancho se incorporó tan tarde a la competición.

 

Su trayectoria lo dice todo y aún así esta chica conserva una humildad que suscribiría el Sancho original: “Tengo claro que soy una más y que mi función es ayudar. El seleccionador me pide que ayude al equipo por dentro, que coja un par de rebotes más… En definitiva, que hay que hacer un mayor esfuerzo dentro. Y si eso es lo que el equipo necesita, eso es lo que voy a hacer”.

 

Si a esta fantástica actitud agregamos la sutileza con la que ha querida encajar en el grupo desde el primer día (y su excelso rendimiento) tenemos que reconocer que ya nos tiene ganado. Como muestra de su inteligencia emocional, valga esta anécdota: al llegar a Brno (República Checa, dondese está disputando el mundial), Sancho sacó unas zapatillas de juego con los colores de la selección española, rojas y amarillas, con las que quería expresar sentirse totalmente identificada con los colores que el país que defiende a partir de hoy. Detalle de superclase.

 

Más pinceladas para entender su carácter ajeno al conformismo: “No creo que me pase factura el cansancio de no haber tenido todavía vacaciones, porque cuando las luces se encienden y el silbato suena, es tiempo de partido y juegas, no hay cansancio que valga». Asimismo, no pierde comba para integrarse lo más rápido posible, por ejemplo, respetando las jerarquías y denominándose “una más. Amaya [Valdemoro], Elisa [Aguilar]…, ellas sí que son las jefas”. Bendita inteligencia emocional que cuaja las químicas de los grupos…

 

Para terminar una buena dosis de optimismo. Una de esas que con tanta frecuencia acabó bebiendo su entrañable precedente literario. “Este es el mejor equipo de la historia del basket femenino español”. La frase no es de ella, sino del seleccionador José Ignacio Hernández, con más experiencia, panorámica y criterio para poder formularla. Pero seguro que a Sancho no le importaría suscribirlo.

 

¿Y qué es lo más le gusta a Miss Doble (apodado cortesía del periodista Quique Peinado por su afición a hacer dobles figuras en anotación y rebotes) de España? “El estilo de vida y la cercanía de la gente”. Como guinda al pastel, su opinión sobre el Quijote: “Es una historia  universal. Lo tuvimos que leer en el instituto. Una interesante y hermosa historia”. Como la trayectoria de nuestra selección en este campeonato, seguro que Sancho todavía tiene cosas importantes que decir en esta bonita historia.