Sin balón no hay paraíso

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Al Unicaja le bastó con el acierto de tres de sus hombres clave (Valters, Freeland y Fitch) para romper su racha de 7 derrotas consecutivas (3 en liga y 4 en Euroliga). No necesitó más que mantenerse en el partido y esperar los errores del Blancos de Rueda para llevarse el partido sin apenas sobresaltos (76-83). Jorge Álvarez nos lo explica con ritmo, humor y la lucidez de los que aman este deporte con independencia de banderas. 

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Sin balón no hay paraíso

Jorge Álvarez

13.febrero.2012

 

El pabellón Pisuerga colgó el cartel de “No hay billetes” para recibir al Unicaja. El precio de las entradas (2 €) animó al público vallisoletano a acudir en masa a animar a su equipo, en el enésimo intento de la directiva por remar todos juntos en busca de la orilla de la permanencia en la ACB. Pero la corriente empuja muy fuerte hacia la LEB y, será muy difícil vencerla, si cada jugador hace la guerra por su cuenta en ataque y otros se borran en los momentos cruciales. Así es muy fácil explicar por qué el equipo local perdió 20 balones durante todo el encuentro. No le fue a la zaga el Unicaja (18), con la diferencia de tener en su plantilla a varios jugadores que, en un momento dado, dan un paso al frente y anotan.
 

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¿Valdis? Noooo ¡Kripstaps! El amigo Valters, el día que se tira hasta las zapatillas (y las enchufa), su equipo lo agradece. Autor de la foto: Marcos Sánchez González.


Eso es lo que sucedió durante casi todo el primer tiempo del partido. El Blancos de Rueda salió con ganas, contagiado del gran ambiente en el pabellón, enmarañando al equipo malagueño en una zona 2-3 de ajustes, la cuál permitía salir al contraataque y lograr canastas fáciles. Además, Touré volvió a ser determinante en los inicios del partido y, gracias a su aportación y a la de Robinson, permitieron al equipo pucelano cerrar el primero cuarto con ventaja (19-14).

Pero el efecto Touré es el efecto gaseosa. Siempre comienza muy enchufado y luego va perdiendo gas a medida que el partido avanza y, sobre todo, cuando llegan los minutos decisivos. Eso mismo fue lo que le ocurrió a su equipo. El Unicaja se mantenía en el partido a base de triples, esperando los errores del equipo local. Éstos llegaron justo a 3 minutos del final del segundo cuarto. Con 36-29 en el marcador, Chus Mateo pidió tiempo muerto y, desde la vuelta del mismo, Unicaja le endosó un 0-11 al equipo de Roberto González, a base de triples de Valters y canastas de Fitch (15 puntos al final de la primera parte).

 

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En este juego no todo es la altura, si no saltas … ¡Chapa que te cae del cielo! Autor de la foto: Marcos Sánchez González.


El descanso no sirvió para cambiar la tónica del partido. El Blancos de Rueda se aplicaba en defensa y la zona  hacía daño, pero las pérdidas tontas de balón se sucedían en ataque, mientras el entrenador local rotaba a sus jugadores buscando la combinación ideal sin encontrarla. Sin embargo, Chus Mateo sí la encontró cuando coincidieron en pista Fitch, Valters, Freeland y Darden. Valters rompió la zona con tres triples (5/6 al final del partido) mientras Fitch y Darden hacían daño desde 5 metros. Y si fallaban, ahí estaba Freeland para rebañar el aro y lograr segundas oportunidades, ante la falta de contundencia de Borchardt y Hdez-Sonseca.

 

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Secuencia repetida, ahora con una boina inglesa. Autor de la foto: Marcos Sánchez González.

 

En el último cuarto, Roberto González trató de revolucionar el partido con la entrada de un inédito hasta el momento Diego García. Este jugador siempre le echa ganas y ese es el mensaje que el entrenador transmitió al equipo (confirmado después en rueda de prensa) al dejar en el banquillo, casi todo el tramo final, a Touré, Robinson y Borchardt; a priori los jugadores destinados a liderar la capacidad ofensiva del equipo pucelano. Pero a las ganas también hay que añadir acierto y, si bien Diego logró canastas imposibles buscando un arreón final (64-69 a falta de 3 minutos), nuevas precipitaciones y pérdidas de balón impidieron que la remontada fuera efectiva. Al Unicaja le bastó con acertar en los tiros libres, ya que sólo anotó dos canastas en juego durante el último cuarto, para mantener su ventaja.
 

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Desde luego, hay que ver lo dificil que lo hacen algunos para meter una canasta. Autor de la foto: Marcos Sánchez González.


El Unicaja coge moral de cara a la Copa con esta victoria, mientras el Blancos sigue rumbo a puerto LEB. Sin cuidar el balón en ataque para obtener rédito del esfuerzo defensivo, es muy complicado ganar un partido. Falta alguien que maneje el tempo y sepa encontrar el ritmo que necesita su equipo en cada momento. También preocupa lo que dio a entender el entrenador en rueda de prensa: falta de actitud de algunos jugadores, personalizando sobre todo en el francés Hervé Touré. Y es que algunos llevan mejor que otros los retrasos en los salarios…

 



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