Suficiencia letal

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El Madrid llegaba a la Copa como máximo favorito, merced a su brutal temporada y a su extraordinario catálogo de talento exterior. El cruce de cuartos ante el Regal Barcelona se presentaba como un peligroso debut, una batalla a la que llegar con todos los sentidos alerta.

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Suficiencia letal

Juan Luis Barbero

8.febrero.2013

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Huertas-Tomic-Mickael, trío letal para los merenegues.. Fuente de foto: elcorreo.com


Y la realidad resultó ser muy distinta. El Real Madrid (con extravagante quinteto inicial de Laso, dando el timón a Draper en el inicio) saltó al parqué del espectacular Buesa Arena muy bajo de revoluciones, demasiado seguro de sí mismo, frente a un Barca hambriento, al que parecía irle la temporada en el choque. La historia se parecía mucho a la de otros clásicos, con el americano Pete Mickael liderando la carga blaugrana. Al alero de Rock Island le motivan especialmente los focos (ya se vió en aquel duelo del Sant Jordi ante los Lakers de Kobe y Pau), y nunca se guarda nada cuando el Madrid se halla al otro lado de la pista. 18-25 para los de Xavi Pascual al final del primer acto, arrastrados por la competitividad de Pete. Los blancos minimizaban daños gracias a la gran actuación de Mirotic en los primeros 10 minutos.


Pero, si una cosa ha quedado clara en los 5 meses que llevamos de temporada, es que el Real Madrid posee una de las más potentes plantillas del viejo continente. Para muchos (entre los que me incluyo) la mejor, y eso incluye por supuesto al Barcelona. Los merengues fueron limando la desventaja (que llegó a ser de 9 puntos en ese segundo parcial) por pura inercia, y gracias a la entrada en pista de Sergio Rodríguez. Con el Chacho imaginando (y robando balones, faceta menos habitual en él) y Slaughter batiéndose el cobre, los blancos volvieron al partido. Ya por entonces había quedado claro que Rudy andaba muy lejos de su condición óptima (con esa mano dolorida que complicaba mucho las cosas) y que la presencia de Navarro era más inspiradora que otra cosa. No parecía que Juanqui fuera a ser verdaderamente decisivo esta vez.46-49 al descanso. 

Los merengues parecieron salir verdaderamente entonados en la segunda mitad, pero resultó ser un espejismo. Mickael continuaba con su exhibición tanto en fase ofensiva como en defensiva, y los de Laso proseguían el sesteo. Suárez era incapaz de frenar al americano y Huertas movía con soltura el engranaje azulgrana, alimentando a un Tomic que comenzaba a ser importante de verdad (a mejorar la persecución al base rival en los bloqueos por parte de la tropa de Laso). Con Rudy descentrado y excesivamente protestón (fuera del partido, en definitiva) y Laso evidenciando su falta de reflejos ante tal problema, los arranques de coraje de Llull acercaron de nuevo al Madrid en el marcador. 60-64 al final de tercer cuarto. Las espadas por todo lo alto.

En el último parcial (reglamentario al menos), el Madrid amagó con reventar el duelo, amparado en los puñales desde el perímetro de un entonado Carroll. El mormón reclamaba su cuota de protagonismo, y el Madrid se ponía por delante (67-66) tras remar a contracorriente durante buena parte de la noche. Serían Huertas y el invitado sorpresa Wallace los que aparecerían para dar la réplica y evitar el shock en el equipo culé, al límite de sus posibilidades toda la velada. Un triple del ala-pívot estadounidense (+ 1 tiro libre que falló) devolvía la iniciativa a los blaugranas, que a punto estarían de sentenciar la batalla. El coraje de Reyes (con un milagroso rebote ofensivo+canasta) y un brutal triple de Llull resucitaron al Madrid, que contaría incluso con la opción de ganar el partido con otro triple del potro de Mahón. Agua, igual que el postrero y desesperado intento de Sada. 77-77. Prórroga.

En el tiempo extra saltaría a escena el último de los 3 grandes problemas que sentenciarían al Madrid. Además de la excesiva suficiencia con la que titulábamos el artículo ( y los fallos en el tiro libre), el desgaste comenzó a hacer mella en el juego interior blanco. Los culés amagaron de nuevo con la sentencia, gracias su timonel brasileiro (10 asistencias para Marcelinho en el total del partido) y a las canastas de Mickael. El 79-85, con Laso de nuevo falto de reflejos ante los repetidos tiros en el pie de Carroll y Llull, parecía una losa insuperable… Pero la palabra imposible no entra en el vocabulario de los más grandes ilusionistas. Al fin llegó la reacción del coach merengue, que se giró en el banquillo para fijar su atención en el barbudo sentado (demasiados minutos) a su lado. Rodríguez a pista, resurrección a la vista. 3 posesiones le bastaron al Chacho para desatascar en enfangado ataque de su equipo, encontrando a los compañeros mejor situados y anotando un triplazo monumental. Ahora era el Madrid el que rondaba el K.O, con el Barca coqueteando con la lona. Los fallos en el tiro libre de un hasta entonces estelar Mickael (petardeo de Pete, ocultando el error garrafal de Rudy en la falta incontrolada) dejaban a los culés a centímetros de besar el tatami. Sergio Rodríguez no fallaría los suyos, y ahí se llegaría al segundo problema del que hablábamos. Sin Mirotic ni Felipe (eliminados por faltas), a Begic y Hettshemeir les vino grande la cita. El center brasileño perdiendo el balón en una posesión decisiva, y ambos permitiendo a Tomic hacerse con el rebote decisivo (tras fallo premeditado de Lorbek desde el 4.60), dieron aire al enemigo. Asistencia de Ante para el fino esloveno. Canasta. Nueva prórroga. Durísimo palo psicológico para el Real. 

De nuevo los blancos haciendo la goma en el segundo tiempo extra, sin juego interior y fiando su suerte a su perímetro, exhuberante casi siempre. Pero ayer no era el día, sin el mejor Fernández y con un Llull acaparando un excesivo y mal enfocado protagonismo. En lugar de alternar los tiros exteriores con sus poderosas penetraciones, el mallorquín se limitó a lanzar una y otra vez desde la línea de 3 puntos, con discutible acierto (6/17 T3, 23 puntos finales). Tomic (20 puntos, 11 rebotes y 4 tapones en su haber, imperial en la pintura durante la fase decisiva), Mickael (que no desaprovecharía la segunda oportunidad, 26 puntos) y Huertas (13 puntos para acompañar la decena de pases letales) llevaron al Barcelona a las semifinales. El Madrid a casa, tras un faraónico partido (108-111).

Nota: que la prensa deportiva generalista (a la que poco le interesa nuestro juego, por norma general) no nos lleve a engaño. Hoy podremos leer como los mismos que señalaban a Tomic como parte contratante de la irregular campaña blaugrana hace escasas fechas (pese a la fenomenal temporada hasta ahora del croata), y del enorme curso merengue de rebote, hablan de venganza y demás rimbombante palabrería (rayando el sensacionalismo). El gigante croata es muy bueno en lo suyo (talento resolutivo bajo los aros, ayuda en el rebote desde sus 2,17 metros) y mucho menos bueno en lo que algunos le piden (agresividad, contundencia atrás). No parece de recibo exigirle que sea decisivo atrás todos los días, como tampoco lo sería pedirle a Slaughter que regale delicatessens en la canasta rival. El Madrid decidió continuar su camino sin Ante (y bien que le ha ido, salvo en partidos puntuales como el de ayer) y el Barcelona apostar por el jugador, muy del gusto de Pascual. Ahí queda todo. Pero hay que vender el muñeco…


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