Tenores enigmáticos.

Italia lleva años defraudando las expectativas creadas en las previas de los grandes torneos a los que acude, sin ser un equipo realmente competitivo en las fases finales. El escenario tampoco ha variado mucho en este Eurobasket 2015, y Pianigiani es perfectamente consciente de lo que tiene entre manos: la Azzurra es una banda con 5 peligrosos forajidos alistados (sin contar al lesionado Datome), 5 tipos con muchos puntos en las manos y poca o ninguna gana de soltar la pelota naranja cuando cae en ellas. Solución del coach: abandonarse a su talento, y que los dioses baloncestísticos repartan suerte.

Pereza generalizada en defensa, escasa sucesión de pases, mucho uno contra uno, alimentación nula para el juego al poste y escoltas que suben el balón a modo de bases y sufren si el equipo rival organiza unos buenos 2 contra 1 presionantes. El engranaje ofensivo de Italia tiene poco de coral, pero el enorme talento de sus tenores hará el resto en un buen día.

En Gentile, Aradori y Belinelli (sobre todo en el ex de los Spurs) los transalpinos tienen 3 extraordinarios tiradores que son anotadores en el más amplio sentido de la palabra. Jugadores con una combinación de recursos ofensivos y manejo de balón que añadir a su letal lanzamiento exterior, para erigirse en la pesadilla de cualquier defensor a poco que estén entonados.

Belinelli entonado, problema asegurado. Fuente fotografía: gigantesdelbasket.com

A Andrea Bargnani todos (especialmente los aficionados de Raptors y Knicks) lo conocemos como si fuera uno más de la familia. Nº1 del draft de 2006, los 7 pies del gigante romano no son más que una ilusión. Si retiramos el biombo, quedarán expuestas las vergüenzas de un reboteador pésimo para su talla, nulo defensor y ridículo intimidador. El liderazgo y el ardor competitivo tampoco se cuentan entre las aptitudes de Andrea, pero su dinamismo y buen lanzamiento desde media y larga distancia pueden complicar y mucho la vida a los pívots de este Eurobasket.

Y cierra el quinteto otro ex de los Knicks, de vuelta tras sufrir el cruel tormento de las lesiones de rodilla. El talento ofensivo de Gallinari está fuera de toda duda, y su manejo de balón (diferencial en un tipo de 2.08 metros) y velocidad le convierten en un problema irresoluble para los interiores rivales cuando enfila la canasta desde 6 metros de distancia. Cesta o falta recibida serán los finales más probables para estas aventuras del jugador de los Nuggets. Bien lo saben Turquía (que acabó llevándose el partido, pese a los 33 puntos de Gallo) y España.

Nuestra selección ha sido la primera aristócrata de la competición que ha sucumbido ante una de las tormentas perfectas conjuradas por esta Italia (98-105, con 56 puntos firmados por el dúo Gallinari-Belinelli) que no presenta hechuras de organización sólida, pero que puede amargar la vida a cualquiera si acepta su invitación a un tiroteo de alto ritmo y frenesí.

Los tenores lanzarán la moneda al aire día tras día: si sale cara, la imaginación será el límite. Si sale cruz, tocará abandonar de nuevo el torneo por la puerta de atrás.