La luz del proceso

«Y si alguna vez no entra la luz

a través del cristal,

prometo no dudar ni una sola vez».

Grises. Cactus

3 cursos completos de penurias y miserias, acumulando derrota tras derrota (hasta 199 totales, más de 66 por campaña) en el ecosistema de plantillas muy alejadas del talento necesario para competir con alguna garantía en la mejor competición de baloncesto del planeta: el «Plan Hinkie» mataba la ilusión de la fiel y pasional afición de Philadelphia cuarto a cuarto, noche a noche, humillación a humillación.

Brett Brown, dejándose la piel en pos de implantar una cultura grupal y de juego moderno en un erial de tamañas dimensiones, sufría sin medida mientras un gigante camerunés lanzaba triples sin descanso, en sesiones interminables y limitadas al único ejercicio que su estado físico le permitía afrontar sin riesgo. Las manecillas del reloj se habían detenido en Philly, esperando al elegido que diera algún sentido a la reconstrucción delirante e interminable acometida por el tío Sam.

Y, al final del túnel, los Sixers empiezan a vislumbrar la luz: una cegadora y que sugiere tintes históricos.

Joel Embiid afrontaba el inicio de su campaña rookie con la pesada losa de unas expectativas monstruosas sobre sus hombros, tanto en la ciudad del Amor Fraterno como a lo largo y ancho de toda la NBA. Un enemigo terrible, capaz de llevarse por delante con inusitada facilidad a un chico de 22 años y que está siendo derrotado con naturalidad pasmosa en cuanto el pívot de Ayundé puso sus enormes pies sobre el parqué. 12 partidos oficiales ha disputado desde entonces, muestra suficiente para analizar al último elegido de entre la camada de big fellas modernos que llegan para cambiar las tornas en un juego que parecía decidido a arrinconar a los viejos gólems.

Los gigantes reclaman su trono, con Jo-Jo en primera línea de la carga.

18.2 puntos, 7.8 rebotes y 2.4 tapones por noche, todo ello en apenas 22.8 minutos de media en pista (restricción de tiempo inviolable por el momento, dados los terribles antecedentes en materia de lesiones): los sistemas de Brown focalizan la explotación de su center (37.6% de usage rate, segunda cifra más alta de toda la liga tras Russell Westbrook) mientras está en juego, y el monstruo hace gala de un repertorio que dispara la imaginación del buen aficionado.

Recursos al poste bajo, buen uso de las fintas de tiro, capaz de lanzar tras reverso, ganchos en proceso de sofisticación, combinación letal de potencia física y velocidad de desplazamiento… los Sixers no se cansan de alimentar a su novato, pese al alto grado de riesgo e ineficiencia asociada que supone el meter balones al poste en la NBA actual. Y Embiid (que aún no llega al punto anotado por cada jugada en ese lugar de la cancha, pero no tardará en hacerlo) aprende poco a poco cuando forzar y cuando sacar el balón a los exteriores. Pero, por si todo lo anterior no fuera ya suficiente para anticipar el terror que se propaga día a día a lo largo y ancho de la NBA, aquellos entrenamientos de tiro exterior obligados por las circunstancias han multiplicado la peligrosidad de un 7 pies con 115 kilos de músculo que ha hecho del triple frontal (ejerciendo de coche escoba de las transiciones) un arte: 15 triples ha convertido ya Joel (más de uno por partido), con un letal 50% de acierto. El objetivo final debiera ser el de evitar el enamoramiento progresivo de la larga distancia, y mantenerla como un recurso puntual dentro de una batería ofensiva de riqueza diferencial.

 

Resultado de imagen de joel embiid 3 pointer

Con Embiid, la distancia no es el olvido. Fuente fotografía: espn.com

 

Pero es que, a la de hora de defender la fortaleza propia, los prodigios siguen aflorando…

Embiid es hijo de su tiempo, un goliat capacitado tanto para proteger la pintura como para desplazarse y corregir con cierta solvencia a varios metros de su aro (muestra instintos fantásticos en la defensa del pick&roll), punto clave en una NBA moderna que mantiene los cambios automáticos como tendencia. En ambas fases del juego será clave tanto el control de la ansiedad (el incremento de tiempo de juego según se vayan atenuando las restricciones ayudará de forma decisiva a ello) como el aprendizaje lógico en alguien que apenas da sus primeros pasos en el profesionalismo.

 

Resultado de imagen de joel embiid block lebron

Fuente fotografía: nba.com

 

«Y si alguna vez no vemos el sol

al cruzar la ciudad,

prometo no temblar ni un sola vez.»

 

Un gigante africano porta en sus manazas la luz que alumbra y da sentido al sufrimiento deportivo de toda una comunidad: Philly se asomó al túnel, y Jo-Jo les esperaba al final del mismo.

@Juanlu_num7

 

Travesía sin final

«Fue tan largo el duelo que al final

casi lo confundo con mi hogar.»

Cuarteles de invierno. Vetusta Morla.

 

37 victorias por 127 derrotas en dos temporadas, y un panorama similar para el curso que acaba de comenzar. La reconstrucción eterna perpetrada por Sam Hinkie sigue colmando de vergüenza las alforjas de los sufridos asistentes al Wells Fargo Center. Los históricos Sixers se han convertido en tierra de oportunidades para jugadores rebotados desde otros equipos u olvidados en la ceremonia de selección de los novatos, mientras desarrollan talento bisoño y mantienen la máxima flexibilidad salarial posible, a la espera de que el proyecto capte la atención de alguno de los grandes nombres de la NBA. En las oficinas no tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones drásticas: si se adivina un techo bajo para un jugador, su futuro como pieza clave estará en entredicho. Ahí está el ejemplo de Michael Carter-Williams, novato del año en 2014 y que acabó en los Milwaukee Bucks.

Y, caminando entre el lodazal transitorio generado desde las oficinas, un entrenador que pretende ejercer de mentor para su grupo de chavales, educándolos en la cultura competitiva de acuerdo al baloncesto moderno. Dentro de la limitadísima calidad de sus recursos, Brett Brown ha implantado en el equipo la metodología derivada del Basketball Analytics: los Sixers fueron la temporada pasada el segundo equipo que menos lanzamientos ejecutó desde la media distancia (el tiro más ineficiente, en una distribución ideal que prima lanzamientos de 3 puntos y cercanos a la canasta), únicamente por detrás de los Houston Rockets. El Tanking abrazado por los mandamases no baja a la pista, donde el coach y sus jugadores intentan competir con dignidad: una utopía si comparamos su róster con el de sus rivales noche tras noche.

Las elecciones de la organización en los últimos drafts son otro foco de críticas por parte de los aficionados de la Ciudad del Amor Fraternal. Sus picks más relevantes (aparte de Carter-Williams y de un Saric que ha confirmado recientemente que el año que viene será el de su desembarco en la mejor liga de baloncesto del planeta) son todos jugadores marcadamente interiores, y uno de ellos (Embiid) oposita al título de heredero de Greg Oden. En los otros dos gólems bisoños anidan las grandes esperanzas de la franquicia, y las escasas razones para sentarse a ver un partido de Philly este año.

Okafor, esteta en pleno lodazal. Fuente. nba.com

Jahlil Okafor, favorito a novato del año con un juego a contraestilo en la actual NBA, es el mayor atractivo de la tropa. El chico procedente de Duke viene mostrando sus extraordinarios recursos al poste bajo desde el primer día entre los profesionales, sumados a una capacidad para correr la pista que no es norma entre los jugadores de su talla. 26 puntos ante Boston, 24 frente a los Cavaliers (arrollando por momentos a Kevin Love) y 21 en Milwaukee, sin bajar nunca de la decena en sus 5 primeros partidos NBA. Brown deberá bajar el ritmo de juego para surtir de balones a su principal arma, que acumulará unos niveles de uso ofensivo decisivos en la carrera por ser el mejor rookie 2015/2016.

Y, guardando las espaldas a Okafor, Nerlens Noel afronta su segunda aventura (sin contar un año de debut en blanco por lesión) deseoso de confirmar su valor en defensa y pulir de paso un arsenal ofensivo francamente limitado. 10.8 rebotes, 2 tapones y 1.3 robos de balón promedia el espigado power forward (center a la fuerza) en los 5 partidos disputados, todo versatilidad pendiente de absorber los conceptos defensivos que la pizarra de su coach asimiló en la escuela de los San Antonio Spurs.

A falta de victorias, bueno es monitorizar las evoluciones de un juego interior prometedor, mientras se trata de avistar un oásis en la eterna travesía por el desierto organizada por Hinkie. Quien no se consuela es porque no quiere…

@Juanlu_num7