Timeo Danaos…

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…et dona ferentes. Desconfío de los griegos hasta cuando traen regalos, dice el troyano Laocoonte en la Eneida al mirar al famoso caballo, justo antes de que unas serpientes marinas enviadas por los dioses se lo coman. Y algo así es lo que debió pensar Trifón Poch el pasado sábado cuando, necesitado de victorias, tenía que recibir al Gescrap Bizkaia de Fotis Katsikaris: “Sí, desconfío de éstos aunque me traigan los regalos de su cansado viaje Eurocup a Sofía, y de las lesiones de Raúl López y Adrien Moerman”. Por lo pronto, llevado de esa desconfianza, cambió su quinteto inicial respecto al utilizado contra el Barça, sacando a Javi vega de inicio como 3, para que se frenase en lo posible al siempre desequilibrante e incómodo Mumbrú.

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Timeo Danaos…

Theobald Philips

26.noviembre.2012

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Kostas Vasileiadis, el que asaetea de lejos. Fotógrafo / Fuente de foto: Fran Martínez / www.fuenlafreak.com


Al primer triple de Vasileiadis, que ya anunciaba que tenía la mano tonta, los naranjas respondieron con esa dosis de intensidad que mostraron en su anterior partido tanto en defensa como en ataque de manera que, tras una agresiva penetración de Feldeine (que palmeó Sené) y un robo de balón que terminó en matazo del mismo americano, cogieron una mínima delantera que no estaban dispuestos a soltar.


Katsikaris, tras cinco minutos de verse superado (12-9), tuvo que mover ficha y retirar tanto a Lamont Hamilton, al que definitivamente no le sienta demasiado bien la Comunidad de Madrid, como a Zisis. Con la entrada de Rakovic, se cerró mejor el juego interior que hasta entonces dominaba Fuenlabrada y, con la sustitución del griego por Grimau, se consiguió una superioridad en el puesto de base que, en sólo dos minutos, a base de intangibles, se tradujo en un parcial de 1-7. Subiendo un punto en defensa, los de Miribilla pulverizaron los porcentajes del Fuenlabrada que, al final del cuarto, perdía 18-25.

En el intermedio entre cuartos, la labor motivadora de Poch surtió efecto en un Chuck García que en los primeros diez minutos había pasado inadvertido y del que luego supimos que se había lesionado en el calentamiento. El americano, con esa peculiar manera de… de… de… con esa peculiar manera, arrastró a sus compañeros en un vendaval de buen juego que devolvió con intereses el parcial a Bilbao. Tras una salida de 10-1, con 28-26 en el global, Fotis tuvo que parar el reloj y llamar a capítulo a los suyos, para que el partido no se rompiera.

Gescrap seguía manteniendo a Grimau de base pero, ahora, utilizando a Zisis de escolta, respondiendo el griego en esta faceta anotadora de mejor manera que lo había hecho al principio dirigiendo; los bilbaínos, además, dominaban el rebote ofensivo (9 de 21 posibles) impidiendo, a pesar de sus fallos, que Fuenlabrada consiguiera mayores réditos de su buena defensa. Si a ello le unimos la diferencia de tiros libres entre ambos equipos, con un 4/10 para los locales y 13/19 para los visitantes, vemos que la igualdad que se mantenía al descanso (42-42) no era una buena noticia para los de Poch, que podían en estos minutos haber variado radicalmente el curso de los acontecimientos.

El tercer cuarto, tras un par de minutos de desconcierto general corporeizado en un correcalles sin puntos, siguió los derroteros del final del anterior, con un partido entretenido e igualado en el que cada canasta era contestada con canasta. En el minuto seis, pareció que por fin había un punto de inflexión y que los fuenlabreños iban a hacerse con el timón del juego: Bizkaia Basket no visitaba el tiro libre y sólo cogía 2 rebotes más en ataque, mientras que Sené remataba una jugada de 4 puntos palmeando un tiro adicional de Feldeine, lo que despegaba (53-48) a los suyos con una ventaja que se mantuvo hasta el minuto 30 (63-58).

En el tramo definitivo, tras un minuto de tanteo y un diálogo de triples Gladyr-Mumbrú-Sergio, Fuenlabrada cogió su máxima ventaja (69-61), en uno de esos momentos en los que el Fernando Martín se enciende y los bombos te ponen la cabeza como un ídem. Sin embargo, fue el principio del fin; por una parte, los de Katsikaris subieron la presión defensiva, dejando sus opciones de ataque a la experiencia y superiordad sobre sus pares de Mumbrú y Grimau, y a la inspiración de Vasileiadis. Fuenlabrada, poco a poco, se olvidó de lo que había venido haciendo hasta entonces, empeñándose en ganar el partido sólo con sus exteriores, en vez de alimentar a unos Mainoldi y Sené que se habían mostrado muy efectivos en el juego interior. Los balones no entraban, y los Hombres de Negro castigaban cada fallo reduciendo punto a punto su desventaja.

Con poco menos de dos minutos por jugar, Vasileidais puso a Gescrap a un punto, con un triple eléctrico. Tras otro fallo de los de Trifón, vino la jugada clave: un 2+1 en una discutible antideportiva pitada a Gladyr, que se convirtió en un 2+1+3 cuando Kostas, como si fuera hijo de Apolo, el que asaetea de lejos, enchufó un triple. 0-6 de parcial, que del 75-74 nos llevó al 75-80. Quedaba menos de un minuto para remontar pero, si Feldeine no marraba sus dos tiros libres, de nuevo el escolta griego demostró estar tocado por los dioses, ensanchando la diferencia en el mracador con un inverosímil tiro de ocho metros contra tabla (77-83). Con pocos segundos por jugar, los esfuerzos locales fueron ya vanos y Katsikaris pudo, por fin, conseguir su primera victoria en el Fernando Martín tras cinco visitas a Fuenlabrada.

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Timeo Danaos et dona ferentes. Fotógrafo / Fuente de foto: Fran Martínez / www.fuenlafreak.com

 

“Kostas vive para estos momentos”, dijo el entrnador heleno cuando se le preguntó por su pupilo. “Timeo Danaos et dona ferentes”, debió pensar –quizá expresado con exabruptos, en vez de en latín- Trifón Poch.


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