Un Muchacho Cerca de las Estrellas II

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Boston Celtics 112-Cleveland Cavaliers 95. El resultado del choque entre el equipo con mejor balance de victorias de la Conferencia Este en lo que llevamos de campaña (y el segundo mejor de la NBA, tras los Spurs) y el que peor frecuencia ganadora tiene; unos CAVS que, desprovistos este curso de King James, sólo han sido capaces de sumar ocho triunfos en los 45 partidos que han disputado hasta ahora, incluyendo la humillante derrota que sufrieron hace unas semanas contra los Lakers. Para el común de los analistas de la NBA, fue un partido anodino, donde ‘Big Shaq O’Neal’ descansó su megalítica carrocería y los suplentes de los Celtics demostraron orgullo y temple competitivo. Pero esos mismos analistas están afectados por la rutina. Justo lo contrario de lo que le sucede a David Pérez Moreno, que compone una crónica sensacional, con trazos de reportaje panorámico, donde quedan de relieve las claves que hacen de los Celtics una de las franquicias más admiradas en la actualidad (leyenda tienen para aburrir: 16 anillos les contemplan). Por cierto, las fotos fueron tomadas por DPM y demuestran que nadie vende mejor el muñeco que la gente de David Stern.

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Un Muchacho Cerca de las Estrellas II

David Pérez Moreno

26.enero.2011

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Nuestro redactor, David Pérez Moreno, estuvo ‘in situ’ este martes en el TD Garden. Davide aprovechó para ‘evangelizar’ el Garden con una de nuestras camisetas. Gracias a su sagaz mirada, los lectores de Fiebre disfrutan de un acercamiento heterodoxo y lúcido al imperio Celtic.


Este ha sido mi segundo partido de la NBA en vivo, el primero fue el Boston vs. Lakers del 2007 en el TD Garden. Mucho han cambiado las cosas para los Celtics en estos cuatro años; aparte de Rondo, Perkins, West y Doc Rivers, ya no queda nada de ese equipo perdedor que deambulaba por la NBA soñando con clasificarse para los Play-Offs. Tengo poco que añadir a lo que mi buen amigo Collan nos contó sobre el ambiente de un partido de la NBA,  aquí todo es espectáculo y no importa que se enfrenten el mejor equipo de la liga con el peor: Show Must Go On.


El resultado final ha sido un contundente 112-95 para los Celtics. En ningún momento ha habido partido y lo más destacado del choque ha sido la vuelta de Kendrick Perkins, que llevaba toda la temporada lesionado y se ha llevado una monumental ovación de la afición bostoniana al pisar el parqué del Garden.

 

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Ya sabéis, el partido entre Celtics y CAVS no tuvo historia, como atestigua esta foto tomada por David en pleno encuentro. Uno nunca se termina de acostumbrar a la magnificencia de los marcadores NBA, visibles desde cualquier ángulo de sus populosos pabellones

 

Esta noche se ha demostrado que se puede ser de los Lakers desde hace 23 años y disfrutar como un enano en el TD Garden viendo como los Celtics masacraban a los Cavaliers post-Lebron.



Esta ciudad esta a medio camino entre América y Europa, es un Puerto en el que la magia celta se manifiesta cada pocos días en una de las canchas más emblemáticas de la NBA. La pista actual no es el Boston Garden original, pero en ella descansan colgados los 16 entorchados de campeones que se ganaron en el otro y los 23 números retirados que marcaron a fuego la historia de la franquicia.


Garnett es el principal culpable de la transformación de los Celtics, “Dinero llama Dinero” y los grandes jugadores como él, son los únicos capaces de convertir décadas de travesía por el desierto en senderos de gloria, cuando convencen a otros jugones sin suerte de que si aúnan esfuerzos, acabarán ganando el anillo.

 

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El logo de los Celtics engalana hasta los vasos con refresco que se venden a granel en la casa de los orgullosos verdes.

 

La única gran decepción ha sido no poder ver jugar en directo a Shaq, que estaba lesionado esta noche. Incluso en el banquillo, el “Big Fella” impresiona de cerca, por su envergadura y presencia en la pista. Aunque no está en su mejor momento, hubiera sido la mayor estrella que habría visto jamás en vivo sobre una cancha de baloncesto; por delante incluso de Oscar SchmidtWalter BerrySabonisDjordjevicBodirogaPau GasolKobe Bryant.


Hace casi dos décadas, cuando Shaquille empezó a jugar en la NBA yo iba regularmente al Palacio para disfrutar viendo a Pinone, Azofra, Winslow, Carlos Montes y otros tantos jugadores que acabarían cambiándose de acera seducidos por los millones del fútbol y de cuyo nombre ya nadie se acuerda.

 

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El gran líder de los Celtics de los ochenta tiene su muñeco de cera particular en el TD Garden, como atestigua esta foto tomada por nuestro redactor.

 

Cuando Shaq aterrizó en la NBA, lo hizo para llenar el hueco que dejaron Magic y Bird; nunca sospechó que acabaría jugando en sus equipos de toda la vida. Como bien sabe Gasol, O’Neal es uno de los mejores tipos que te puedes cruzar en una cancha de basket. Su enorme tamaño siempre ha hecho que no se tomara demasiado en serio a sí mismo. Cuando el mejor entrenador de la historia escribe en un libro que uno de los mayores placeres de su carrera ha sido entrenar a Shaq, por algo será.


Los Celtics no necesitan glamour para colarse de nuevo en las finales de la NBA, son herederos del espíritu del Tea Party original, una banda que combina como nadie la agresividad de los Bad Boys con la elegancia del próximo Mejor Triplista de la Historia. Su afición es una de las más fieles de la liga, hasta en un partido contra un equipo menor como el de esta noche, las gradas estaban repletas de aficionados vestidos de verde que no han parado de animar a su equipo.


Si hay un jugador que me ha impresionado de cerca, ha sido Luke Harangody, que parece trasplantado de la película “Hoosiers”. Este tipo es un Fighting Irish exiliado en la ciudad más irlandesa fuera de Irlanda. Estoy seguro que el tío Larry se lo pasa a lo grande cada vez que ve sobre con la zamarra de los Celtics a esta versión siglo XXI y tiradora de Alfonso Reyes, criado baloncestisticamente en su Indiana natal.



Cualquier crónica de un partido de los Celtics estaría incompleta sin una mención especial a Paul Pierce, el MVP del partido de esta noche, que en su decimo tercera temporada consecutiva con los Celtas, ha estado siempre ahí: en las duras y las maduras, ganándose cada partido su hueco en el Olimpo de las camisetas retiradas de los Celtics. Como Bill Russell, Larry Bird o John Havlicek; Pierce es un forjador de dinastías que ha tenido la paciencia de esperar hasta que su franquicia de toda la vida tuviera el equipo adecuado para pelear por el anillo. Y todo ello habiéndose criado enInglewood, allí donde los Lakers de Magic cambiaron para siempre la historia del baloncesto.

 

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Los jugadores parecen hormiguitas en este plano cenital tomado desde la cámara de DPM. Hormiguitas que en la vida real son personas considerablemente más altas y fuertes que la media.

 

Los Celtics siempre serán el equipo de la tierra que inventó el baloncesto y su cancha un santuario cuyo parqué siempre nos parecerá una versión gigante del de la casa de nuestros padres, donde jugábamos de pequeños, sin siquiera sospechar que algún día estaríamos a escasos metros de él, mientras disfrutábamos viendo jugar al equipo más laureado de la mejor liga del mundo.


No querría despedirme sin antes aprovechar la ocasión para mandar un abrazo trasatlántico a Alez, PeeeteFranako: los creadores y principal analista NBA de Fiebrebaloncesto. Estoy convencido de que pronto tendréis la oportunidad de cruzar el charco para contarnos otro partido de la NBA, de la forma que solo Fiebre sabe hacerlo: como si todos los que os seguimos hubiéramos estado también allí.


Un abrazo fuerte desde Boston.