Una mirada distinta a la derrota

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El baloncesto es un semillero de aprendizajes, como sucede por norma general con la mayoría de los deportes de equipo practicados desde una óptica constructiva. Sergi Bosch Gabarró despliega sentido común y una sensatez fuera del molde para diseccionar, a sus 18 primaveras, algunas de las grandezas que puede cobijar un revés deportivo.

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Una mirada distinta a la derrota

Sergi Bosch Gabarró

7.junio.2012

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Josep Pérez, joven dechado de clase, ha guiado al Barça al triunfo en el Campeonato de España Junior y es uno de los ‘responsables’ de que nuestro compañero Sergi le haya compuesto una oda a la señorita Derrota. Fuente de foto: web del Regal Barcelona



En general, lo más común es hablar sobre aquellos momentos de joya y satisfacción que nos gustaría que se repitieran en la eternidad y que, en el deporte, suelen corresponder a lo que todos conocemos como la victoria.  Sobre el papel, no es muy difícil concluir que en el baloncesto no hay medias tintas, ganas o pierdes. Pero igual que pasa en la mayoría de cosas de la vida esta sentencia también es relativa. Si bien es cierto que solo puede haber un vencedor, en el baloncesto el factor moral es muy importante, y es por este motivo que una derrota no siempre será negativa, ya que es en estas situaciones cuando se pueden sacar más aprendizajes y enseñanzas.

Para tener aspiraciones de mejora es imprescindible ser positivo en cada momento, intentando sacar jugo a todas las situaciones que se nos van sucediendo. No negaremos que todos competimos para ganar pero es evidente que para que unos ganen otros deben quedarse en el intento, y es en este momento, en el que lo echarías todo a perder, cuando debes mantener la cabeza fría, ser objetivo y APRENDER. Nunca debemos dejar que el desánimo nos impida progresar. Fijarse metas es importante, pero no desfallecer lo es aun más.

Bajo mi punto de vista, los términos victoria y derrota no deben estar siempre relacionados con el éxito o el fracaso, ya que el hecho de triunfar o fracasar dependerá de la meta que nos hagamos fijado previamente. Con un ejemplo lo verán más claro: Para un equipo como el Barça Regal (1r clasificado de la fase regular de la Liga Endesa) el listón de éxito/ fracaso está a otro nivel que el del UCAM Murcia (15º clasificado). Por lo tanto, en un enfrentamiento directo entre ambos, probablemente, una victoria ajustada de los azulgranas tendría un impacto moral más positivo en el equipo murciano que en el catalán. A esto me refería cuando hablaba del factor moral de las victorias/ derrotas.

Evidentemente, y sobretodo en el caso de los equipos profesionales, el baremo de éxito o fracaso si que va muy relacionado con el numero de victorias sin importar las diferencias ni el juego realizado. Pero en el mundo del baloncesto de formación (en el que he estado compitiendo todos estos años), en el que lo más importante es ver una progresión, este baremo, en mi opinión, es diferente. Esto se debe a que cada equipo es consciente de sus posibilidades y las de sus oponentes, y esto provoca que muchas veces una derrota digna por parte del equipo más “débil” pueda llegar a ser celebrada.

Hasta este punto he estado analizando el impacto moral que puede suponer el resultado de un único partido. Pero bien, a estas alturas (mes de mayo) todos los campeonatos van llegando a sus fases decisivas en las que todos los equipos quieren recoger los frutos de su esfuerzo. Evidentemente habrá ganadores, pero también habrá muchos casi-ganadores (si se fijan, no me gusta emplear la palabra perdedor en lo que al baloncesto base se refiere). Porqué, ¿Por haber llegado a una final, o a una semifinal, y no haberla ganado somos los perdedores del campeonato? Bajo mi punto de vista, no. Es indudable que tampoco somos los vencedores, pero el resultado de un partido no debe justificar el trabajo hecho durante una temporada. Por este motivo, me gustaría aprovechar estas líneas para dar la enhorabuena a todos los campeones que habrá este año, pero también felicitar a todos los demás que se han ido quedando por el camino y a los que las victorias también llegaran.

Finalmente, como clausura y resumen de lo que explicado, me gustaría que se quedaran con unas frases que expresan perfectamente el mensaje que les he querido transmitir:

La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva. (José Saramago)

Y para mí, la mejor:
“En la vida, si emprendes, o ganas o aprendes. Nunca pierdes.”

 



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