Creo en ellos hasta el infinito… y más allá

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Después de cinco partidos de preparación para el mundial de Turquía, es momento de pararse y respirar. Es momento de mirar hacia atrás y también hacia el futuro. Carlos Sánchez Blas nos guía en ese repaso y nos cuenta cómo disfrutará de los partidos de nuestra selección, incluso con los ojos cerrados.

***

CREO EN ELLOS HASTA EL INFINITO… Y MÁS ALLÁ
Son muy buenos. Son los mejores. Juegan al basket como los ángeles, si es que éstos no se han decantado también por el fútbol. Me han hecho llorar de alegría. Me han permitido presumir de país, gracias a ellos he gritado (literal) con orgullo que esos 12 “jugones” forman mi Selección de Baloncesto. Creí ciegamente en ellos incluso cuando medio país (qué raro…) los mataba durante la primera fase del Europeo de Polonia.
Viajaré a Turquía con la tranquilidad de que España volverá a estar entre los mejores. Después de ver los cinco primeros partidos de preparación he reforzado aún más mis convicciones. Contamos con el Seleccionador con mejor pizarra del basket mundial. Defendemos como leones, la base para aspirar a las medallas. Sobra talento, a pesar de la baja del Todopoderoso Omnipresente Extraterrestre Mejor Jugador de la Historia Pau Gasol.
Calderón y Ricky, la mejor pareja de bases del planeta. Navarro (me pongo de pie), Rudy (va a liar la “Mundial” después de un año desastroso), Llull (el italiano le ha esperado como se espera a las estrellas… porque es una Perseida), San Emeterio (el mejor penetrador de España… UMM…), Mumbrú (algo tendrá el agua cuando la bendicen), Claver (rotación de lujo), Felipe (el Monarca), Garbajosa (en mi equipo incluso cuando se retire), Fran Vázquez (de las 10 jugadas más espectaculares de todo el campeonato, 9 serán sus conexiones con Ricky) y Marc Gasol (¿MVP?). EQUIPAZO.
Los amistosos han servido para casi todo y para casi nada. Hemos vapuleado a una caricatura de equipo (Canadá), hemos sacado el rictus serio contra un histórico con una nueva generación de jugadores muy interesante (Lituania) y hemos sabido ganar con oficio fuera de casa (Eslovenia). Los tres registros son necesarios para volver a tocar “chapa” en un gran evento. Somos mejores que muchas Selecciones y no somos peor que ninguna. Volveremos a luchar por el podio… como desde hace más de una década.

Creo en ellos hasta el infinito… y más allá

Carlos Sánchez Blas

 

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Presentación de nuestra selección. Fuente de foto: feb.es.



Son muy buenos. Son los mejores. Juegan al basket como los ángeles, si es que éstos no se han decantado también por el fútbol. Me han hecho llorar de alegría. Me han permitido presumir de país, gracias a ellos he gritado (literal) con orgullo que esos 12 “jugones” forman mi Selección de Baloncesto. Creí ciegamente en ellos incluso cuando medio país (qué raro…) los mataba durante la primera fase del Europeo de Polonia. 


Viajaré a Turquía con la tranquilidad de que España volverá a estar entre los mejores. Después de ver los cinco primeros partidos de preparación he reforzado aún más mis convicciones. Contamos con el Seleccionador con mejor pizarra del basket mundial. Defendemos como leones, la base para aspirar a las medallas. Sobra talento, a pesar de la baja del Todopoderoso Omnipresente Extraterrestre Mejor Jugador de la Historia Pau Gasol. 


Calderón y Ricky, la mejor pareja de bases del planeta. Navarro (me pongo de pie), Rudy (va a liar la “Mundial” después de un año desastroso), Llull (el italiano le ha esperado como se espera a las estrellas… porque es una Perseida), San Emeterio (el mejor penetrador de España… UMM…), Mumbrú (algo tendrá el agua cuando la bendicen), Claver (rotación de lujo), Felipe (el Monarca), Garbajosa (en mi equipo incluso cuando se retire), Fran Vázquez (de las 10 jugadas más espectaculares de todo el campeonato, 9 serán sus conexiones con Ricky) y Marc Gasol (¿MVP?). EQUIPAZO.


Los amistosos han servido para casi todo y para casi nada. Hemos vapuleado a una caricatura de equipo (Canadá), hemos sacado el rictus serio contra un histórico con una nueva generación de jugadores muy interesante (Lituania) y hemos sabido ganar con oficio fuera de casa (Eslovenia). Los tres registros son necesarios para volver a tocar “chapa” en un gran evento. Somos mejores que muchas Selecciones y no somos peor que ninguna. Volveremos a luchar por el podio… como desde hace más de una década.