Los “Bad Boys” del Last 16

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Humor, irreverencia y ecuanmidad en el juicio baloncestístico. Con esas coordenadas, Theobald Phillips compone una pieza entretenida y tapizada de un humor y ritmo que hace honor a la hermosa victoria que el Baloncesto Fuenlabrada compuso este martes ante el Besiktas turco, cuya lujosa plantilla quedó en evidencia ante unos motivados gladiadores naranjas. 

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Los “Bad Boys” del Last 16

Theobald Philips

26.enero.2012

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Compromiso. Según reveló Porfirio, Mike Hall se pagó de su bolsillo el billete para venir a que le vieran. Ayer, después de ser clave en la victoria, dio de motu propio la vuelta al ruedo chocándola a los aficionados. Fotógrafo/fuente: Fran Martínez / www.baloncestofuenlabrada.com


Las cosas no son lo que parecen. A pesar de la campaña mediática para dar una imagen idílica del Baloncesto Fuenlabrada, todos sabemos que son una banda de matones malencarados que ya han provocado la elevación de dos protestas a la FIBA. No debería sorprendernos, acostumbrados como estamos a los groseros modales de Porfirio Fisac, al lado del cual Nicky Santoro, personaje de Joe Pesci en Casino, es Heidi. Pero claro, alguien como Ataman, coach del Besiktas, acostumbrado como está al apacible ambiente de deportividad que desde antaño ha reinado en las canchas turcas, es normal que acabase desquiciado, hiciese en la rueda de prensa una escena a lo Chabeli en Tómbola, y terminase cual Terminator amenazando a los naranjas con un literal “Ya nos veremos en Estambul” (*).

Pero dejemos lo desagradable, y pasemos al baloncesto.

Fuenlabrada sorprendió al equipo turco, de imponente quinteto plagado de NBA’s y Euroligas, con un juego muy centrado. Bajo su aro, los naranjas alternaron zona con una individual muy agresiva, haciendo dos contra uno al base hasta conseguir que el Arroyo se secase. La única aparente debilidad, la desventaja física frente a Mensah-Bonsu, desapareció cuando Laso sustituyó a Vega. En la canasta turca, ayudados por la blanda defensa, el balón se movía con precisión, cortando y doblando para encontrar, tanto dentro como fuera, una posición clara. El baloncesto es cuestión de geometría, que oí decir una vez al maestro Comas (¡¡ánimo!!), y el juego madrileño trazaba diagonales, vectores, tangentes y toda clase de ángulos con absoluta precisión.

Las ventajas oscilaron pronto alrededor de los 10 puntos, y sólo cuando Ersin Dagli ayudó a Erceg sustituyendo al desquiciado Pops (taponazo que le puso Adrián, oiga), se recortó hasta el 38-31 del descanso.

Como otras veces en esta misma competición, el doctor Jeckyll de la primera parte se convirtió en míster Hyde. El primer punto del tercer cuarto fue un tiro libre de Álvaro Muñoz a falta de 5:33, y la primera canasta en juego más de un minuto después; hazaña que repitieron en el último cuarto, cuando Sergio inauguró suicida y desesperadamente el marcador con el cronómetro en 7:15.

Fue una segunda parte de intercambio de miserias, pues afortunadamente atrás las cosas seguían difíciles para Besiktas. Sin embargo, al irse sumando Morrison y Hawkins a la siesta, digo, fiesta anotadora, poco a poco fueron recortando e igualaron el tanteo. Con ambas partes intentando contradecir la Biblia y meter el camello por el ojo de la aguja, a este cronista le pareció definitivo que a falta de cinco minutos los turcos consiguieran cinco puntos de ventaja tras falta y técnica a Mainoldi. Ya veis, soy aun peor futurólogo que cronista…

Pero dos minutos después, tuvo lugar una jugada que cambió de nuevo el signo del partido. Penney intenta un triple, se sale, Hall coge el rebote entre tres turcos y lo saca a Colom en la vertical del aro, que intenta otro triple. El balón golpea el aro y se niega a entrar, pero de nuevo aparece Hall y palmea dentro, más tiro adicional.

A partir de ahí se mantuvo el intercambio (esta vez de canastas), hasta el último segundo. La última del Fuenla, una mandarina al límite de la posesión del omnipresente Mike Hall adelantó a su equipo y dejó veinte segundos al Besiktas. Tras clamoroso campo atrás, Arroyo culminó su desastroso partido con una castaña de 6’75 que, afortunadamente, no entró. 72-70, y cabreo de Ataman.

Para terminar, decir que Ferrán ha vuelto a acertar con dos fichajes no de relumbrón pero fuertemente implicados: Joseph, más sobrio y fajador, y Hall, de mayor talento. De igual forma que en Hollywood parece que hay sólo dos cirujanos plásticos, el bueno (ej.: Sharon Stone) y el malo (ej.: Meg Ryan), parece que hay dos mercados de americanos, el del Fuenla y el de “otros”.

(*) Sin que ello sea excusa para el impresentable comportamiento de Ataman, error del Fuenlabrada. Nadie está exento de un fallo del sistema que te impida facilitar la estadística, pero se echó de menos por lo menos una explicación/disculpa oficial de inicio. Deberían cuidar un poco más los detalles

 



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