Otra no, bases fuera

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El partido de los ‘hombres bajo sospecha’. Algo así fue el partido que completaron Sergio Rodríguez y Nole Velickovic este jueves en el Fernando Buesa Arena. Un partido para disfrutar con los tiros modelo ‘bola giratoria’. Hasta 11 triples sumaron el base canario (que ha recuperado el mojo en la parte importante del banquete) y el ala pivot serbio, que disfruta de un chute de confianza inversamente proporcional a los bajones de ánimo de los dos anteriores cursos. Enfrente, el Caja Laboral hizo una primera parte notable, liderado por Bjelica (Milko) y Lampe. Pero en la segunda mitad, el Madrid tiró de la chequera de puntos que tienen algunos de sus talentosos reservas. Theobald Philips lo explica con ese toque de originalidad que convierte sus crónicas en una comedia y un aprendizaje por el mismo vuelo. 

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Otra no, bases fuera

Theobald Philips

1.junio.2012

 

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Así lo vio Dusko… Fuente foto: EFE

 


No había buenos auspicios para el juego de cara a este cuarto partido. Emoción, sí, toda, pero ¿juego? La angustia de un Real Madrid al límite del abismo, la presión de un Caja Laboral por no desperdiciar la oportunidad de sentenciar en casa y la tensión ambiental del fuego de artillería cruzado en los últimos días, tendían a hacernos pensar que íbamos a ver poco. Una vez más, la vida y el baloncesto demostraron a este amateur de la página emborronada que no hace falta la existencia de universos múltiples para que existan infinitas posibilidades de meter la pata…

 

El partido comenzó como no lo había hecho ninguno de los anteriores, con ambos equipos anotando de forma fluida hasta el punto de que, a los cinco minutos, el tanteo (12-12) tenía una proyección de empate a 96 cuando sonara el bocinazo final. Esa igualdad la rompió Caja Laboral a la salida del tiempo muerto de televisión gracias al juego no interior, sino de sus interiores, el Lampe de los jueves (¿sólo sabrá jugar ese día?) y Milko Bjelica que, muy pronto, había sustituido al extrañamente descentrado Teletovic. Polaco y serbio fueron muy inteligentes, aprovechando su corpulencia cuando los cambios defensivos les dejaban con Velickovic, o abriéndose al 6’75 cuando era Tomic quien les marcaba.

 

El Madrid, con 5 puntos de desventaja, puso en pista a Mirotic, que demostró su calidad y carácter haciéndose el amo de los rebotes y atacando con decisión el aro baskonista. Pero ni eso, ni el dominio del rebote, ni el buen partido de Nole, ni la aparición de Sergio Rodríguez con su primer triple de la noche, parecían argumentos  suficientes frente al buen juego de la dupla Lampe/Bjelica para remontar la desventaja, que incluso llegó a estirarse, a falta de 2 minutos para el descanso, hasta 38-31. Como al Madrid le penalizaba entre otras cosas la desastrosa actuación de sus escoltas, Laso tiró de la estrategia de dos bases en pista, que ajustó la defensa y les permitió coger aire con un parcial de 0-4.

 

Ya hemos dicho que las apariencias engañan y, con 38-35 en el luminoso y valoración de 44-39, parecía que Baskonia era dominador. Pero mirados con lupa, los números encerraban la carcoma que podía derribar ese edificio ya que 31 de los 38 eran de sólo tres jugadores (Lampe 16, Milko Bjelica 10 y Brad Oleson, que en los primeros minutos gastó las últimas fuerzas que le quedaban para no volver a anotar, 5), y 29 de los 44 de sólo dos (Lampe 20 y Milko 9). Por el contrario, los números del Madrid se repartían entre casi todos los jugadores que habían participado.

 

La vuelta a la cancha nos trajo la novedad del, imaginamos que por problemas físicos, inédito Begic. Al bosnio le costó calentar en lo que es su especialidad, la defensa y, como el agujero que dejaba no era tapado por sus compañeros, extrañamente despistados para alguien que está andando por la cuerda floja, Caja Laboral rompió el partido con un parcial de 8-0 que le concedía 11 puntos de ventaja. Parecía cercana otra derrota madridista.

 

“Otra, no” -se dijo Laso sacando a sus dos bases y, con Llull (salvo un par de minutos de descanso) y Rodríguez en pista, los madridistas echaron su cuarto (partido) a espadas endosando a Baskonia un 20-41. 20-45, si contamos los dos minutos de (Sergio)2 del segundo cuarto…

 

De repente, Singler reencontraba el aro, Velickovic se veía surtido de balones en buenas posiciones tanto interiores como en el triple y Begic se olvidaba de sus dolores. La defensa se cerró a cualquier posibilidad de canasta azulgrana y, dejados a casi a cero sus oponentes (sólo una canasta de Ribas), si no se pudo culminar la remontada en este tramo del partido fue porque, demasiadas veces, la velocidad se tradujo en pérdidas de balón.

 

Dusko paró el partido en el minuto 17, con 48-46, pero no le sirvió de nada. 5 puntos consecutivos del vendaval Novica colocaron al Madrid por primera vez por delante en el marcador (50-51), y dos triples del genio canario (5/6 en total) remataron la faena al sonar la bocina. 52-57 este tercer cuarto, en el que Lampe hizo 2 puntos y 3 de valoración, y Milko 4 y 4, respectivamente; como nadie les tomaba el relevo, la carcoma llegaba a las vigas maestras de los del Buesa Arena.

 

El último cuarto fue una repetición de lo vivido en el final del tercero, con el Real Madrid exhibiendo un juego que recordó al de la final de la Copa del Rey, que desarboló completamente al Caja Laboral, incapaz en ningún momento de dar la sensación de poder remontar los entre 10 y 14 puntos en los que se movía un equipo blanco en el que todos, hasta Carroll (por fin) y Tomic (que tomó un serio de Begic), aportaban de una forma u otra (la consistente de Carlos “pegamento Imedio” Suárez, por ejemplo).

 

El 66-76 final devuelve la eliminatoria al Palacio. Mira por dónde, resulta que dos unos es igual a dos – dos…

 



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