Sospechosos habituales

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El Real Madrid hiló su mejor nota en el plano mental, defensivo y anotador para tumbar (91-74) al poderoso Barça en la final de la Copa del Rey, dispuatada este domingo. Sergio Lllull se reivindicó con una actuación soberbia que le valió el MVP. Jaycee Carroll y Carlos Suárez, también capitales en el final y despegue del encuentro, respectivamente. El Madrid impuso su estilo de juego y estuvo muy intenso y concentrado en defensa. Por los blaugrana, sólo N’Dong estuvo en su mejor versión. Theobald Phillips se pone el traje de jugón para hacernos vivir la experiencia de una final con la fascinación y el extrañamiento de la mejor literatura mezclada con el amor al baloncesto y el cine. Una crónica a la altura del evento que desgrana. Que la disfruten. 

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Sospechosos habituales

Theobald Philips

20.febrero.2012

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La escena del crimen y los sospechosos habituales. Fuente foto: ACB Photo

 

Cuando el comisario Portela llegó a la escena del crimen, cerca del puerto de Barcelona, sólo pudo ver que se habían llevado la Copa, y un aquelarre de confeti y cadáveres blaugranas. El entrenador Xavi Pascual había perdido la palabra, abrasada la sonrisa por las llamas blancas, con lo que la única pista de la que disponía para saber quién era Keyser Sozé era ese chico de media melena y barba descuidada que había encontrado agazapado debajo del trofeo de MVP. El comisario vio que era uno de los sospechosos habituales, fichado por delitos menores en Menorca, pero con mayores perspectivas en la comandancia de Concha Espina.


«¿Qué ha pasado aquí, Sergi? ¿Quién es Keyser Sozé?» -inquirió. 

El chico se estremeció y comenzó su relato.

«Nos contrató alguien de muy arriba para hacer este trabajo, comisario. Éramos doce, más Pablito Laso que fue el que ideó el plan; pero él no sabía que todo acabaría así, era sólo un peón más contratado para llevarnos la Copa. Empezó Carlos Suárez, “el Chimpa”, ya sabe. Se fue al poste bajo y amargó la tarde a Pete Mickeal, sacándole faltas y consiguiendo puntos y rebotes. Los demás nos dedicábamos a defender nuestra canasta fieramente, desconcertándoles al jugar en estático con circulaciones de balón que, o acababan en nuestros pívots, o en posiciones libres de nuestros exteriores. Enfrente, sólo N’Dong hacía verdadero daño, con rebotes ofensivos y sacando dos faltas a Tomic, ya que ni siquiera Navarro, que salió a los siete minutos, podía con nuestra concentración. Kyle Singler le sacaba demasiada ventaja. La primera de las cerraduras de la caja fuerte saltó con 17-22 a nuestro favor».

 

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«Entonces ¿Suárez es Keyser Sozé? ¿Singler? Has hablado también de ese Tomic…» -interrumpió el policía. Fuente foto: ACB Photo


Carlos Suárez volvió a hacer un gran partido, estrangulando a un “mihura” como Pete Mickeal ¿Será Keyser Sozé?

«No, comisario, es mucho más complicada. En la reanudación, contrariando a todos los sabiondos como el tal Theobald que dudaban de que fuéramos capaces de dar un golpe a una velocidad que no fuera a mil por hora, Pablo nos siguió pidiendo que metiéramos balones dentro en ataque, pero sin descuidar la defensa. Ellos se mantenían porque, durante todo este cuarto, tiraron hasta dieciséis tiros libres (30 en todo el partido), sin que nosotros nos acercáramos a la línea más que una vez (9 en total). Pero en juego no les dejábamos canastas fáciles, y entre Mirza Begic y Sergio Rodríguez, que me dio un descanso, aumentaron la ventaja a nueve puntos. Mirotic desenchufaba a Lorbek que, a estas alturas, no había encestado ninguna. Navarro no sembraba el pánico, y sólo provocando faltas a nuestros pívots hacía cierto daño. Tuvimos que volver a recurrir a la pareja Reyes-Velickovic, y Nole hizo varias jugadas de mérito ante el imponente N’Dong para salvar el cuarto. Parecía que la distancia iba a acortarse, pero con un triple mío en el último segundo di con la combinación perfecta para abrir el segundo cuarto: 33-42».

«¿No os sentisteis intimidados por los blaugranas?».

«No, comisario. Es cierto que Vázquez y, sobre todo, Boniface, habían cogido siete rebotes ofensivos, pero nuestra defensa les había hecho perder siete balones y nuestros pívots les habían taponado dos veces, mientras que ellos a nosotros ninguna. Las ventajas en estos dos temas fueron constantes en el partido. De haber intimidación por algún lado, era nuestra».

«Ya, Keyser Sozé es Begic ¿no?» -Sergi negó con la cabeza-. «O el taimado “Chacho”» -prosiguió desazonado. Nueva negativa- «¿Quizá el sicario cordobés? ¿el serbio?».

 

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La cara de bueno del bosnio Mirza Begic esconde unos brazos largos que fueron capitales en la escabechina ¿Será Keyser Sozé?. Fuente foto: ACB Photo



«Permita que prosiga, comisario. Nos faltaban las dos cerraduras más duras, y las perspectivas no eran buenas: Navarro atacó a nuestros pívots sacando a Tomic otras dos faltas. Además, Lorbek despertó y empezó a enchufarlas. Parciales de 6-0 se sucedían, y aunque Mirotic y yo los cortamos alguna vez con sendos triples, les teníamos encima (51-52) con sólo cuatro minutos por delante para descerrajar la tercera puerta. Entonces Laso puso en cancha al “pájaro loco”, al francotirador Jaycee Carroll, que con un dos más uno y un triple consecutivos obligaron a Pascual a parar la lucha. No quedaba prácticamente tiempo, pero en una buena defensa y una carrera rápida volví a embocar un triple en el último segundo. La tercera puerta se abría con 56-65».

«¡Claro, Carroll, ese asesino es Keyser Sozé!» -exclamó el comisario.

 

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Jaycee Carroll mató al Barça al final del tercer cuarto y en el último ¿Será él Keyser Sozé? Fuente foto: ACB Photo


«En el último cuarto cualquiera lo hubiera dicho. Corría como un loco saliendo de los bloqueos y disparando a diestro y siniestro. Ocho puntos consecutivos cayeron de su lado, luego otros seis, e incluso un tapón a Navarro. Pero no, él solo no podía con todo. Su balasera no hubiera servido de nada si Marty Pocius no hubiera cogido el relevo en la defensa de Mickeal, o si Felipón no hubiera vuelto a desconectar la muñeca de Erazem. Todos habíamos aprendido de Pablo Laso, en el patio del Penal de Miribilla, que los parciales se consiguen atrás, y que sólo a partir de ahí podemos divertirnos en ataque. Sin especular a pesar de los veinte puntos de ventaja, incluso consiguiendo un alley-oop con un pase de espaldas. Hasta Jorge Sanz pudo jugar. Ya no quedaban barcelonistas, todos habían muerto con un 74-91. La Copa era nuestra».

«Pocius no puede ser, Sanz menos… Ya veo, Keyser Sozé ¡es Laso!» -concluyó el comisario Portela- «Él reunió la banda y planeó no sólo el robo, también la masacre. Nos tenía engañado con su corto currículum y su cara de disfrutar en el banquillo. Puedes irte, Sergi, pero recuerda que tienes que estar localizable para la entrega de trofeos».

 

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¡¡¡Llull, Llull, Llull, Llull!!! Fuente foto: ACB Photo


Sergi Llull se despidió modoso del comisario, se colgó la red de una de las canastas al cuello, cogió el trofeo de MVP y salió discretamente del Sant Jordi. Fuera, al pie del avión que les devolvería a Madrid, le esperaban sus once compañeros y el cuerpo técnico, con Laso a la cabeza. Llull sonrió pícaramente y volvió a morder la Copa…

 



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